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Televisión, reinventarse o morir

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Televisión, reinventarse o morir
CANNES (FRANCIA). Visitantes conversan junto a un cartel de la serie estadounidense Power, producida por el rapero Curtis 50 Cent Jackson, durante la trigésima edición del MIPCOM, la mayor feria del sector audiovisual, que se celebra en Cannes. EFE
CANNES, FRANCIA. La televisión, que hace tiempo dejó de ser solo una caja de plástico en medio del salón, intenta reinventarse a marchas forzadas ante los zarpazos de los nuevos competidores y plataformas como consolas de videojuegos, distribuidoras digitales o motores de búsqueda en internet.

Hasta hace pocos años, la pequeña pantalla era sinónimo de grandes canales, generalmente reconocibles por sus siglas (CBS, TF1, FOX, TVE...), que llegaban a los hogares de todo el planeta a través de la distribución lineal de contenidos.

Pero el siglo XXI, con el desarrollo exponencial de la transmisión de datos a través de internet y la aparición de los teléfonos inteligentes y tabletas, han transformado rápida y profundamente el panorama audiovisual.

Más de 10,000 vendedores y compradores de contenidos audiovisuales, reunidos desde hoy y hasta el próximo jueves en el MIPCOM de Cannes, en el sureste de Francia, intentan averiguar hacia dónde se dirige el sector.

"La televisión solía ser una caja negra, con un par de canales o tres" pero hoy no hay fronteras entre cine, televisión y otras plataformas porque "todo es muy intercambiable", explicó el presidente de Sony Pictures Television, Steve Masko, en una conferencia magistral en el mercado más grande del mundo en su sector.

Las nuevas tecnologías están obligando a los grandes grupos de televisión a transformarse vertiginosamente para sobrevivir en uno de los negocios más dinámicos que existen y en un contexto en el que "la televisión es global" y donde hay que diseñar el contenido pensando en cómo vaya a funcionar en el mundo", añade Masko.

Actualmente, tiendas digitales como Amazon o páginas web de visionado en línea como Netflix han creado estudios de producción, mientras que videoconsolas como PlayStation están a punto de emitir contenidos propios y motores de búsqueda como Yahoo! se dotan de un catálogo de televisión a la carta.

"Añadir competencia nos hace a todos mejores", abunda Masko, cuyo departamento en Sony está creando "Powers", una serie de gran presupuesto concebida para distribuirse a través de la consola estrella de la multinacional, PlayStation.

No obstante, se dirigirá a una audiencia "complementaria" con los usuarios de la consola, lo que apunta que los contenidos originales serán uno los pilares de esa transición, que deberá adaptarse a los nuevos públicos.

En esa línea, el presidente del grupo Televisa, Emilio Azcárraga, no duda en que "hay que estar sobre la parte tecnológica" y penetrar en las nuevas plataformas de consumo audiovisual, como ordenadores, tabletas o teléfonos, pero sin olvidar que "la producción de contenido no puede ser igual para todas ellas".

"Estamos en el amanecer de un nuevo ciclo de consumo y el contenido será uno de los impulsores del cambio", resume en otra ponencia del MIPCOM la directora de investigación sobre contenidos y formatos de Eurodata, Sahar Baghery.

Probablemente, el cambio sea imparable y el futuro de la televisión agregará el prefijo "multi" a todas las palabras relacionadas con el sector: pantalla, formato, contenido...

Pero la televisión tradicional, la que solía situarse frente al sofá en la sala de estar, aún está muy lejos de desaparecer tal y como la conocemos.

En Holanda, por ejemplo, sigue representando el 76 por ciento del consumo, frente un 9 % de la audiencia ve la tele en el ordenador de mesa, un 7 % que lo hace en la computadora portátil, un 4 % en la tableta y otro 4 % en el móvil, según los estudios de Eurodata.

"La gente todavía ve televisión tradicional (lineal) unas tres horas de media al día. Pero tentemos que aferrarnos a los nuevos usurarios y ofrecerles servicios", concluye Jeanne Croiger, responsable de marketing del departamento de televisión bajo demanda de la "teleco" francesa Orange, aliada ahora con Netflix.