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Tras larga campaña EEUU decide: Obama o Romney

Se reporta que Obama gana en Vermont y que Romney había triunfado en Kentucky y Virginia Occidental

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Tras larga campaña EEUU decide: Obama o Romney
Una mujer ejerce su derecho al sufragio en un colegio electoral de Atlanta, Georgia (EE.UU.). EFE/ERIK S. LESSER
WASHINGTON.-— El presidente Barack Obama y el republicano Mitt Romney libraban este martes un duelo por la Casa Blanca, en unas elecciones que culminaban una contienda apretada hasta el final y dominada por los temas de la debilidad económica y el desempleo, que han frustrado los sueños de millones de estadounidenses.

En horas tarde se reportó que Obama había ganado en Vermont y que Romney había triunfado en Kentucky y Virginia Occidental.

El aspirante republicano tenía una ventaja en los primeros resultados del voto popular, por 63 contra 35%. Ello no constituía una sorpresa, pues muchos de los primeros distritos que reportaron resultados se ubicaban en Kentucky e Indiana, dos bastiones republicanos.

En la competición por los votos electorales, que deciden quién es el triunfador, el candidato opositor tenía ocho y el mandatario tres. Hacen falta 270 votos electorales para quedarse con la Casa Blanca.

Los votantes elegían también un nuevo Congreso, que apoyará o se opondrá al mandatario que rinda juramento en enero. Los demócratas buscaban defender su mayoría en el Senado y los republicanos querían seguir dominando la Cámara de Representantes.

Once estados elegían gobernadores, en una jornada en que se sometían también a votación numerosas propuestas sobre tópicos que iban del matrimonio gay a las apuestas.

Pero la economía fue considerada el tema principal por aproximadamente el 60% de los votantes que respondieron a una encuesta a boca de urna. Alrededor de cuatro de cada 10 dijeron que la situación económica se está corrigiendo.

Más de la mitad opinó que la economía sigue igual de mal o se encuentra peor. Pero una proporción significativa consideró que el ex presidente George W. Bush es más responsable que Obama por esta situación. La encuesta fue realizada a pedido de The Associated Press y de un grupo de cadenas de televisión.

El costo de la larga campaña alcanzó los miles de millones de dólares, muchos erogados en duras críticas hacia los respectivos adversarios de los candidatos.

En la contienda por la presidencia, se difundieron aproximadamente un millón de anuncios en nueve estados sin preferencias claras por algún partido y donde se espera que se definan los comicios: Ohio, Nueva Hampshire, Virginia, Florida, Carolina del Norte, Wisconsin, Iowa, Colorado y Nevada. Esos estados representan 110 de los 270 votos electorales que se necesitan para asegurar la victoria, y fueron el destino de numerosas visitas por parte de Obama, de 51 años, y Romney, de 65.

Romney decidió viajar a Ohio y Pensilvania en el mismo día de los comicios, y se mostró confiado mientras volvía a su casa en Massachusetts para esperar los resultados.

"Peleamos hasta el final y creo que por eso tendremos éxito", dijo, antes de afirmar que terminó ya de escribir el discurso con el que piensa proclamarse victorioso.

Obama hizo llamadas telefónicas en las que invitaba a los ciudadanos a votar por él, desde una oficina de campaña en Chicago, la ciudad donde vivió mucho tiempo y donde hizo buena parte de su carrera política. Incluso se dio tiempo de jugar un partido de basquetbol con un grupo de amigos, como lo hizo durante los pasados comicios.

Tuvo también palabras elogiosas para su rival.

"Quiero decir al gobernador Romney: 'Felicidades por una animada campaña'. Sé que sus simpatizantes están igual de entusiasmados y comprometidos, y que trabajan igual de duro hoy", dijo Obama.

Romney, a su vez, congratuló al presidente por realizar una "campaña fuerte".

A diferencia de los estados indecisos y cruciales, otros fueron prácticamente ignorados en los últimos meses de la campaña. Romney hizo a un lado los actos de campaña en Nueva York, Illinois y California, mientras que Obama no hizo muchos esfuerzos por ganarse al electorado en Texas, buena parte del sur del país o la región de las Montañas Rocallosas, salvo por Colorado.

Estaban en disputa 33 escaños senatoriales, de los que 23 están en manos de los demócratas.

El Partido Republicano necesitaba ocupar tres asientos más para tener la mayoría si Romney triunfa, y cuatro si Obama consigue la reelección.

Ni el líder de la mayoría senatorial Harry Reid ni el dirigente de la bancada republicana Mitch McConnell buscaban la relección en estos comicios, pero ambos se jugaban parte importante de su futuro con el resultado.

Los 35 escaños de la Cámara de Representantes estaban en juego, incluidos cinco en que se enfrentaban dos miembros actuales del Congreso, como resultado del cambio en el trazo de los distritos, que se realiza una vez cada 10 años para tomar en cuenta los cambios poblacionales referidos por el censo.

Los demócratas necesitaban 25 asientos más que los cosechados en los comicios anteriores para recuperar la mayoría que perdieron hace dos años.

El líder de la cámara baja, John A. Boehner, recaudó millones de dólares para financiar operaciones proselitistas en estados donde no hubo una campaña tan intensa por la presidencia, incluidos Nueva York, Illinois y California. Su meta era reducir al mínimo posible cualquier pérdida o incluso ganar terreno, sin importar el resultado de Romney.

La dirigente de los demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, realizó también actos decididos de campaña, y enfrentaba un futuro político incierto si su partido no lograba la mayoría.