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Reforma Fiscal
Reforma Fiscal

Miguel Collado Di Franco: "Cada reforma en el pasado siempre se vendió como que era la última"

En un contexto en el que se espera el sometimiento de una postergada reforma fiscal, Diario Libre conversó sobre las perspectivas de esta medida con tres expertos

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Miguel Collado Di Franco: "Cada reforma en el pasado siempre se vendió como que era la última"
Reforma fiscal. Los economistas Miguel Collado Di Franco, Edmundo Rivera y Daniel Lacalle. (MATÍAS BONCOSKY)

Tres economistas están sentados a la mesa con muchas reflexiones sobre cómo manejar las finanzas públicas. Uno comenta que no es sano para la economía dominicana tener "en vilo" a la población y a los agentes económicos sobre qué y cuándo finalmente propondrá el gobierno en una postergada y anunciada reforma fiscal o tributaria. Coinciden en que, si el gobierno comunica más y mejor el beneficio social que traería, se recibirá un mayor respaldo de los contribuyentes.

"Todo el mundo está a la expectativa de qué tipo de reforma y cuándo (...) Eso no ayuda a la misma economía. Tienes a los agentes económicos a la expectativa; incluso, tal vez haya inversiones que pudieran hacerse en este momento que están demoradas simplemente por toda la incertidumbre", dice Miguel Collado Di Franco, vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees).

Es la segunda vez en la actual gestión perremeísta que se habla de someter una reforma fiscal. La primera fue en el 2021 y se diluyó en medio de la oposición emanada desde la población a propuestas que circularon que incluían nuevos impuestos. Ahora, someterla parece inminente.

"Una reforma fiscal también es una bajada de impuestos, pero aquí eso ya se ha eliminado"Daniel LacalleEconomista español

El español Daniel Lacalle, otro de los economistas sentados a la mesa, observa que las reformas se deben hacer en épocas de crecimiento económico, como la actual para la República Dominicana, cuando se proyecta que en este 2024 la nación retome su crecimiento potencial en torno al 5 % del producto interno bruto (PIB). "Si no, luego vienen las reformas inadecuadas en época de contracción y por obligación", dice el analista.

Durante lo que va del año son variadas las propuestas divulgadas de economistas y entidades locales e internacionales para que el país las pondere en la anunciada reforma. Algunos coinciden en que debe ser integral, es decir, que genere riqueza y crecimiento, y alcance hasta el ámbito laboral (que reduzca, por ejemplo, el costo laboral) y el energético (tal como la privatización de las empresas distribuidoras de electricidad). Pero en ese ínterin, puede aparecer el "hartazgo".

La fatiga de la reforma

Edmundo Rivera, economista de ER Capital Partners y el tercero a la mesa, observa que la manera en la que se ha manejado la reforma es que con esta se promete que se aumentarán las recaudaciones y así reducir el déficit fiscal del Sector Público No Financiero, que equivale en este 2024 al 3.1 % del PIB.

"Tú haces una reforma prometiendo que vas a recaudar 3 %, por poner un ejemplo, 4 % del PIB, y después, al final resulta que nada más recaudas 1.2 o 1.3 %. Ya al tercer año o al cuarto año se está hablando de otra reforma de nuevo", dice.

En la historia reciente, se aprobó en el 2011 la Ley 139-11, en la que se establecen gravámenes a los juegos de azar, se aumenta de manera temporal la tasa del impuesto sobre la renta (ISR) de 25 a 29 % y se establece el impuesto a los activos financieros productivos netos que aplicaba solamente al sector financiero, que también fue un impuesto temporal.

Al año siguiente, en el 2012, se realizó una reforma mediante la Ley 253-12. En ella se aumenta la tasa del impuesto sobre transferencias de bienes industrializados y servicios (Itbis) del 16 a 18 %, se gravan algunos alimentos de consumo masivo como el café, el cacao y el aceite. Asimismo, se establece el impuesto sobre los intereses que reciben las personas físicas, se limitan las deducciones admitidas por concepto de intereses pagados, se establece el impuesto a los dividendos o utilidades distribuidas por las empresas a sus socios y se aumenta la tasa de ISR al 29 %, disminuyéndose hasta 27 %, entre otras disposiciones.

Posteriormente, en cada año se introdujeron cambios a leyes tributarias dentro de la ley de presupuesto, con vigencia de un año.

"La última"

"Cada reforma que se vio en el pasado siempre se vendió como que era la última, la gran reforma, y al final se quedó corto", dice Rivera. Entiende que, si el gobierno promueve la próxima como una obligación exigida por organismos internacionales o porque hacen falta recursos para gastos públicos en transporte, seguridad, educación y salud, "la gente se desencanta".

Para Lacalle, la reforma fiscal en el país parte de "un grave hándicap": que es una reforma fiscal que solamente puede considerar un aumento de impuestos. "Porque reforma fiscal también es una bajada de impuestos, pero aquí eso ya se ha eliminado".

Entiende que también se debe hablar de gastos y ver una reforma fiscal orientada al crecimiento.

¿La presión tributaria es baja o no?

Análisis e informes económicos sostienen que la República Dominicana tiene una baja presión tributaria, que el año pasado fue del 14.5 % respecto al PIB, mientras que el promedio de la región está en 21.5 %. Pero hay otra óptica en el análisis que variaría esta comparación."En un país en donde hay un 50 % en economía informal, no se puede decir que los impuestos son bajos, no se puede decir eso. Es mentir sobre la realidad del país", dice Lacalle. A seguidas Rivera agrega: "Sí, porque lo ponen como porcentaje del PIB, pero hay un componente PIB que no es real".Según Rivera, la medición de la carga fiscal de una sociedad se debe medir en horas-hombre. "¿Cuántas horas-hombre tú dedicas en un año para pagar tus impuestos?", pregunta a modo de reflexión.Observa que la economía dominicana es de alto costo-transacción y cara. Atribuye la razón a que existe alta fiscalidad.Considera que hay empresas que prefieren la informalidad como un mecanismo para protegerse del sistema, pues el mismo sistema empuja a la informalidad.Una de las claves que menciona es el costo capital, que es "muy alto" en el país, comparado con otros. "Como (la nacional) es una economía rentista, se diluye de alguna manera, pero si tú agarras cualquier sector y lo comparas con la región, te vas a dar cuenta de que los requerimientos de capital son muy altos, por eso es que hay una informalidad alta".Rivera entiende que el objetivo de una reforma eficiente y eficaz no es tanto la contabilidad fiscal. "Si te quedas con la contabilidad fiscal, entras en el fracaso", afirma. "Lo que tú tienes que fomentar es el ahorro, el crecimiento, y toda esa informalidad entrarla en la formalidad para la generación de empleo, de inversiones y, sobre todo, el incremento del salario, pero necesita mucha comunicación y estar claro", dice.A su lado, Lacalle sentencia: "Ninguna consolidación fiscal vía ingresos ha funcionado, jamás". Asegura que ningún gobierno -y tampoco el de la República Dominicana- tiene presupuesto con base cero. "Por lo tanto, el arrastre del déficit del año anterior, más el aumento de gasto de una regla fiscal -que no es una regla fiscal, sino un cheque en blanco para gastar- lo que está generando es un problema fiscal y a la vez monetario".

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Jefa de Redacción de Diario Libre. Anteriormente, editora de Economía desde 2021. Se ha especializado en periodismo de investigación, multimedia y de datos, y ha sido docente de periodismo. Ganadora de una Mención Honorífica en el Premio a la Excelencia Periodística de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), entre otros reconocimientos.