La presa de Jimenoa está en rojo y Monción en amarillo

Dos de las 14 presas más grandes del país amanecieron ayer con una disminución en sus niveles de embalses, por lo que fueron declaradas en aviso y precaución.

Se trata de Jimenoa que registra 761.09 metros sobre el nivel del mar (msnm) y el Contraembalse Monción que tiene 123.70.

El director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), Olgo Fernández, informó que de las 34 presas que tiene el país, sólo cinco se encuentran en condiciones normales. Estas son las presas de Hatillo, Valdesia, Jigüey-Aguacate, y el contraembalse Las Barias.

Las presas de Taveras y Bao tienen 314.79 msnm, López-Angostura tienen niveles máximos de 223.20 msnm, Monción 251.65 msnm, Rincón con 122.28 msnm, mientras Hatillo presenta niveles de 82.28 msnm.

Los niveles de la presa Río Blanco registran una marca de 622.74 msnm, Valdesia de 143.71, Jigüey con 518.35 msnm y Aguacate 327.57 msnm.

Mientras tanto, la presa de Sabana Yegua tiene 368.88 msnm, Sabaneta 625.88 y el Contraembalse Las Barías 77,34 msnm.

La situación, de acuerdo con el director del Indrhi, los obliga a ser más prudentes con el despacho de las aguas para riego y reiteró que el agua para consumo humano está garantizada.

De su lado, el director de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), Alejandro Montás, dijo que en estos momentos de sequía el sacrificio es un deber, por tanto, la población debe utilizar el agua de manera responsable, evitando desperdiciarla.

Aseguró que las autoridades de las instituciones ligadas al agua trabajan día y noche para defender el líquido que recibe la población, porque esa es su responsabilidad.

En los barrios

En los barrios ya se siente con intensidad la sequía, en cuanto al suministro de agua que reciben. En sectores de la parte alta del Distrito Nacional, como Simón Bolívar, Capotillo, 24 de Abril, Las Cañitas y Mejoramiento Social, reciben el líquido una y dos veces a la semana y con una reducción de tiempo.

Antes el agua era enviada tres y cinco días a la semana y por varias horas, de forma, que las personas podían hacer los quehaceres domésticos sin presión.

Lisania Batista