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Medio Ambiente

Parque Fluvial La Barquita avanza, pero de manera lenta

Reportaje El parque se construye en el lugar donde vivían 1,400 familias que fueron reubicadas por el Gobierno en el proyecto La Nueva Barquita, en Santo Domingo Norte, hace casi tres años

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Parque Fluvial La Barquita avanza, pero de manera lenta
La parte que era poblada ya está en proceso de reforestación y está separada con una verja. (EDDY VITINI)

Aunque con atraso, el Parque Ecológico Fluvial La Barquita avanza a pasos lentos y se destacan dentro de sus problemas el cúmulo de residuos sólidos que impacta en la recuperada arborización de las más de 15 hectáreas, la falta de terminación de infraestructuras como construcción de unidades de tratamiento de aguas residuales y saneamiento de cañadas.

Aunque el proyecto es responsabilidad primaria de la Unidad para la Readecuación de La Barquita y Entorno (URBE), participan del proceso la Alcaldía de Santo Domingo Este, el Ministerio de Medio Ambiente y el Jardín Botánico Nacional, entidad que se encargará de la operación del nuevo parque creado mediante el decreto 199-16 y que lo adiciona al Mirador Manantiales del Cachón de La Rubia.

Ricardo García, administrador del Jardín Botánico, afirma que lo que compete a la entidad que dirige está prácticamente concluido y solo esperan la terminación de las infraestructuras, que es responsabilidad de URBE.

“Más de 22,000 plantas hemos sembrado, la mayoría endémicas, algunas ornamentales y se incluyen también plantas acuáticas que hemos buscado en distintas regiones para ambientar este espacio lo más parecido a lo que era originalmente. Las áreas más difíciles de trabajar, sobre todo las más cercanas a la orilla del río, ya están plantadas”.

Los criterios utilizados para sembrar es que sea una arborización con especies nativas, adecuadas para soportar las inundaciones como son la mara, el gri gri, campeche y otras que además sirvan de refugio a las aves como es el caso del caimito, la penda y la palma real que juega un papel muy importante, porque es el refugio de la cigua palmera.

“Está la parte de educación, que sirva como un laboratorio vivo para que los estudiantes puedan ir a ver las especies de aves y frutales, frutos que ya hoy no conocen muchos jóvenes, ahora tendrán la oportunidad de conocer esos recursos tales como La Guáyiga, que era una de las fuentes importantes de alimentos de nuestros indígenas, también aparecerá en el lugar”, afirma García.

El director del Jardín Botánico aseguró que están listos para recibir el nuevo parque en el que ya se puede observar el espesor de la vegetación de las distintas especies sembradas por esa entidad. “Nosotros no tenemos la fecha de inauguración, porque dependemos de la conclusión de las obras de infraestructuras que realiza URBE”, sostuvo.

El desafío

Uno de los problemas más difíciles de resolver, hasta ahora, ha sido el de los residuos sólidos y aunque se han realizado jornadas de educación y operativo, el problema sigue latente. Se han realizado alrededor de 12 jornadas de limpieza y recogido cerca de 20 toneladas de residuos desde 2016.

Como forma de buscar una solución al problema, se ha estado trabajando con parte de las más de 154,000 personas que viven próximo al lugar y que impactan en el parque, se realizan jornadas de educativas en coordinación con el Distrito Escolar 10-03, que permite llevar las orientaciones a las aulas, además de las juntas de vecinos y otras entidades.

Luis Carrasco, es coordinador del Proyecto Parque Ecológico Fluvial La Barquita, en representación del Jardín Botánico, y cuenta que tratan de conectar con el currículum que tienen los estudiantes sobre la protección y conservación del medio ambiente.

“Hacia ahí hemos enfocado la sensibilización. Qué pasa, que cuando tu quieres cambiar la conciencia de la gente, tiene que hacerlo en niños de ocho a 14 años y en ese tipo de estudiantes es que hemos estado trabajando el Departamento de Educación Ambiental”, dijo Carrasco.

Urbe ha construido trampas en las cañadas que desembocan en el río, pero no han sido suficientes para contrarrestar la cantidad de residuos.

La Alcaldía asegura que recoge los residuos tanto en la parte alta como en la baja, pero las trampas están repletas de basura que se ha ido acumulando con el tiempo. El cabildo afirma que no tiene las condiciones ni los equipos para mantener la limpieza total del lugar por lo que se requiere la participación de otros actores. El alcalde Alfredo Martínez instruyó para que se ejecute un programa de recogida de residuos en las calles y así evitar que la gente los lance a las cañadas, pero mucha gente no los cumple.

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