Dopaje evitaría RD logre decena inmortales a 2030

SANTO DOMINGO. Salvo en los seis puntos del promedio de bateo, Manny Ramírez supera en el resto de estadísticas de acumulación, porcentajes y sabermétricas a Vladimir Guerrero. Ambos aterrizaron juntos en la boleta para Cooperstown en 2017, pero mientras el primero no ha pasado del 23.8% en dos intentos el segundo ya trabaja en el discurso que leerá el 30 de julio en el templo de los inmortales.

Dentro de 12 años, la República Dominicana debía contar con nichos de halloffamers acorde con los músculos que representa en la industria desde la década de 1980.

Además de Juan Marichal, Pedro Martínez y Guerrero se deberían requerir los dedos de las manos para contar los quisqueyanos en el Salón de la Fama para 2030: Ramírez, Sammy Sosa, Alex Rodríguez, David Ortiz, Adrian Beltré, Albert Pujols, Robinson Canó y hasta Miguel Tejada podía haber conseguido votos.

Pero en 2005 las Grandes Ligas comenzó a castigar a los que fallaran a las pruebas de dopaje y los votantes lo agregaron al juego limpio requerido para la inmortalidad, lo que ha estropeado planes caribeños.

A Sosa lo arrastró la sospecha, A-Rod confesó haberlo usado y luego fue el centro de un escándalo.

Ramírez, Tejada y Canó fallaron a las pruebas y ya cuesta sacar la trampa de la ecuación del éxito del béisbol dominicano.

Bartolo Colón está a punto de alcanzar a Marichal como máximo ganador dominicano en el Big Show y al nicaragüense Dennis Martínez entre los latinos, pero en 2013 adquirió un asteriscos imborrable.

Canó debutó en la Gran Carpa el mismo año que arrancaron las pruebas y desde entonces nadie ha pegado más imparables que sus 2417. Acumula 8.1 victorias sobre jugador reemplazo más que las 59.4 de Guerrero y proyecta ser el intermedista con la mejor hoja ofensiva.

El petromacorisano se dio un tiro en el pie que se ha conocido a los 35 años, en el tramo final hacia la meta.

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Nathanael Pérez Neró