Del Potro y Nadal, con Federer en la memoria
AFP
NUEVA YORK, Estados Unidos. El lunes, el mundo esperaba por un duelo entre Djokovic y Federer en cuartos del US Open. El martes, todas las miradas apuntan a un Del Potro contra Nadal en semifinales. Sin embargo, ambos han tomado nota de la inesperada hecatombe del suizo en la víspera, que obligó a cambiar las crónicas de apuro.
Durante todo el lunes, los titulares estaban listos y las historias escritas: el suizo y el serbio parecían destinados a disputar su 47º enfrentamiento. Nadie contó entonces con el australiano John Millman, 55º del ranking de la ATP, que vivió la jornada más feliz de su carrera al eliminar al legendario jugador suizo en cuatro mangas.
De repente, lo que era un Djokovic-Federer se tornó en un Djokovic-Millman, contra todo pronóstico. Una lección para Del Potro y Nadal.
Uno de los motivos esgrimidos por el suizo para explicar su derrota fue, entre otros, el extremo calor sobre la Arthur Ashe, con temperaturas que superaron los 30ºC y una humedad, en algunos casos, por encima del 70% a medianoche.
“Tuve muchas dificultades con la humedad. El calor ya lo conocemos pero la humedad es muy peligrosa sobre todo en la pista central. No hay aire que entre en el estadio y es muy difícil respirar así”, comentó el helvético.
El martes, la situación será, en todo caso, aún peor.
El argentino, tercer cabeza de serie y campeón en 2009, chocará contra el estadounidense John Isner (N.11) alrededor de las 14H00 locales (18H00 GMT), con un sol de justicia y, de nuevo, con el protocolo de Temperaturas Extremas activado.
El español, en cambio, se enfrentará con el austriaco Dominic Thiem (N.9) en el mismo turno que Federer en la previa, con la humedad como principal escollo para un físico mermado por el paso de las jornadas.
Una Torre contra un gigante
Primero, una Torre intentará mostrar su sólida estructura en la ciudad de los rascacielos. Con sus 198 cm de altura, Del Potro no debería tener problemas para destacar... aunque enfrente tendrá un gigante que tratará de escalar su particular Empire State Building con su demoledor saque para dar la enésima sorpresa del torneo.
Porque el argentino roza los dos metros de estatura pero su contrincante, el local Isner, está en los 2,08 m y es uno de los pocos en el circuito que puede rivalizar físicamente con él.
“John (Isner) es un amigo, se merece estar en cuartos, tiene un gran servicio, va a ser muy difícil. Voy a intentar restarle y a ver qué pasa”, aseguró ‘Delpo’ tras pasar por encima del croata Borna Coric (N.20) en la pasada instancia.
En su “torneo favorito”, el tandilense de momento no ha dado tregua ni opción a sus rivales, siendo el único jugador en no haber cedido ni un solo set, y aspira ahora al menos a repetir las semifinales de la temporada pasada en Flushing Meadows, cuando cayó precisamente ante Nadal en cuatro mangas.
Malos recuerdos
Para ello, el español antes tendrá que batir en el último turno de la velada a un rival que no le trae buenos recuerdos.
Thiem ya terminó con su hegemonía en tierra batida en Roma en 2017 y esta temporada en Madrid pero, a sus 25 años, disputa por primera vez los cuartos de final del US Open, un año después de caer en octavos ante Del Potro.
“Estoy deseando jugar contra él en pista dura por primera vez. Espero que sea un poco más fácil ganarle (que en arcilla) pero no estoy seguro”, comentó el austriaco sobre su duelo con el español.
Nadal aterrizará en la Arthur Ashe luego de haber sentido molestias en su rodilla derecha ante el ruso Karen Khachanov en tercera ronda y de haber estado cerca de ocho horas sobre la pista en sus dos últimos encuentros.
El calor, por un lado, y dos duros rivales, por el otro, buscarán amargar el duelo del que todos hablan. Federer les puso en alerta. En ellos está ahora desactivarla.
AFP
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