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Dejar de ganar

Millones de personas en el mundo han puesto su dinero en acciones de compañías sin que éstas hayan obtenido ganancias netas

Si algún lector tiene dinero ocioso y no sabe qué hacer con él, podría interesarse en invertir en una o varias de las empresas tecnológicas cuyos nombres son ya familiares en las redes sociales. Eso sí, deberá ser optimista y estar dispuesto a pasar por alto que algunas de dichas empresas nunca hayan obtenido beneficios. Con sólo pérdidas, se presenta como un gran logro que el monto de ellas haya disminuido. Lo que ofrecen es la promesa de un futuro risueño, en el que el valor de las inversiones hechas ahora se multiplicará por dos, tres, cuatro o más veces, haciendo ricos a quienes les concedan su confianza y sus recursos.

Millones de personas esparcidas por todo el mundo han puesto su dinero en acciones de compañías sin que éstas hayan obtenido ganancias netas durante su usualmente corta existencia. Cuando los fundadores de esas compañías deciden hacer una oferta pública de acciones, los inversionistas se abalanzan sobre ellas, como si de repente hubieran encontrado una ganga inesperada. En un caso reciente, el de la red Pinterest, los inversionistas compraron acciones por US$1,400 millones, a un precio unitario que multiplicado por el número de acciones de la empresa arroja una valoración total de US$12,700 millones. El año pasado, sin embargo, Pinterest tuvo pérdidas de 63 millones de dólares.

Una característica del comportamiento humano ha sido aprovechada por los mercadólogos desde hace tiempo. Radica en el deseo de sumarnos al éxito. Nos sentimos apenados cuando constatamos que por habernos quedado fuera, dejamos pasar el momento de haber conseguido algo que consideramos valioso. Esa presión nos impulsa a actuar para no perder la oportunidad que tenemos a nuestro alcance.

La tecnología como fuente de riqueza futura ha sido reforzada por ejemplos como los de Google, Amazon y Apple. Esos casos deslumbran, y crean expectativas que por su efecto en la demanda contribuyen a que los resultados esperados se hagan realidad.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.