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Encaje más tenue

Recordamos, con un poco de aprensión, los años en que el encaje andaba por los alrededores del 20% y más aún. Y también nos viene a la memoria la necesidad que había en ese entonces de elevar el encaje cuando el dólar subía y la inflación se aceleraba. No estamos hablando, por supuesto, de los encajes que se venden en las tiendas, sino del porcentaje de una parte de sus pasivos que los bancos y asociaciones están obligados a depositar en el Banco Central.

Dijimos que el recuerdo venía mezclado con algo de aprensión. Esto así pues cuando el encaje se sube, como antes se hacía a cada rato frente a una percepción de desequilibrio, se retira dinero de la circulación, suben las tasas de interés, tiende a disminuir la demanda de bienes y servicios, y se reduce la presión por comprar dólares. Dependiendo de su magnitud, el alza puede implicar un cambio muy brusco en las condiciones en las que opera el sector financiero, forzándolo a reducir las carteras de crédito en busca de liquidez, creando una renuencia a comprometer recursos a mediano y largo plazo ante la posibilidad de nuevos incrementos sorpresivos. Por el contrario, cuando se baja, los efectos son mucho más placenteros, aunque la rapidez de su transmisión no suele ser la misma.

Ahora el Banco Central cuenta con otros instrumentos para influir sobre las variables macroeconómicas, lo que le permite no tener que utilizar el encaje como arma de primera fila. Siempre podrá, como es lógico, emplearlo en una situación de crisis, pero de hecho últimamente lo ha estado haciendo más hacia la baja, no para atajar devaluaciones cambiarias o inflaciones de precios, sino para estimular la economía, escogiendo selectivamente sectores que considera prioritarios en ese momento.

Bajar el encaje revela confianza de parte de las autoridades monetarias, especialmente si los sectores a donde irán los préstamos, como es la construcción en la más reciente disminución, no son generadores de dólares.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.