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Burlesco corporativo (I DE II)

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Burlesco corporativo (I DE II)
Incluye contenido de The Economist

Schumpeter. El caso para eliminar los secretos que rodean las finanzas de las empresas 

Dita von Teese podría parecer una fuente poco probable de inspiración para los empresarios. Descrita en su página web como "la indiscutible reina internacional del burlesco", Von Teese ha hecho una carrera quitándose sus ropas de alta costura en espectáculos tales como "Burlesque: Strip Strip Hooray!". Su actuación culmina con ella posando en una gigantesca copa de Martini.

Los empresarios pueden aprender de Von Teese. Por supuesto, Schumpeter no está sugiriendo que expongan sus menos que atractivos cuerpos a la mirada del público. Pero hay razón para desprenderse de los velos que actualmente ocultan una gran cantidad de información financiera.

La mayoría de los jefes son tímidos en revelar las estadísticas vitales de sus empresas. Las empresas que cotizan en bolsa deben cumplir con reglas estrictas, publican resultados trimestrales pero son reservados, ya que ningún inversionista individual recibe información importante antes del público en general. Las empresas privadas tienden a ser aún más vergonzosas. Los jefes mantienen los números escondidos de todos con excepción de un círculo elite de gerentes. Sus razones para ello varían desde el deseo de mantener los beneficios ocultos hasta el miedo de que empleados disgustados proporciones datos confidenciales a la competencia.

Sin embargo, una escuela de pensamiento apodada "administración de libro abierto" aboga por compartir toda o la mayor parte de los datos financieros de la empresa con los empleados mensualmente, semanalmente o hasta diariamente. Ampliamente promovida desde mediados de la década de 1990 por personas tales como Jack Stack, en ese entonces jefe de Springfield Remanufacturing Corporation, una empresa que restauraba motores diesel, y John Case, un escritor sobre administración, la administración de libro abierto no solo requiere que los jefes descarten sus inhibiciones relativas a divulgar los números. Incluye enseñar a los trabajadores a comprender las cuentas de la empresa. Los gerentes de libro abierto diseñan herramientas que muestran al personal cómo sus esfuerzos individuales contribuyen a los resultados. Adoptan también esquemas de participación de beneficios que les permiten a los trabajadores participar de parte de las riquezas que generan. El objetivo es persuadir a los empleados a comportarse como propietarios en lugar de zánganos.

La Great Game of Business, una empresa de capacitación que ofrece asesoría sobre las técnicas de libro abierto, estima que por lo menos 4,000 empresas a nivel mundial han adoptado todas o la mayoría de estas ideas, mientras que muchas otras están flirteando con ellas. Una o dos grandes empresas, tales como Southwest Airlines y Harley-Davidson, han incursionado en administración de libro abierto. Sus más fervientes seguidores, sin embargo, son empresas más pequeñas.

Ya que las empresas pequeñas son las más vulnerables durante una recesión, algunos observadores esperan que libros que en los tiempos buenos estaban abiertos ahora sean cerrados, en la medida que los jefes tratan de evitar que los trabajadores conozcan la gravedad de la situación. No hay encuestas científicas para determinar la veracidad de esto. Pero evidencia anecdótica de las empresas contactadas para esta columna sugieren que muchas han continuado compartiendo la información durante los tiempos difíciles. Algunos hasta les han dado más información a sus trabajadores por dos razones.

© 2012 The Economist Newspaper Limited. All rights reserved. De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com