Buscando otros mercados

Criticados por sus ventas a países subdesarrollados, los fabricantes de armas dicen que tienen que "buscársela". Sus mercados tradicionales en los Estados Unidos y Europa Occidental se han visto constreñidos por medidas de reducción de gastos, lo que ha hecho que la búsqueda de otros mercados adquiera una urgencia especial.

Como casi todas las demás actividades económicas, las ventas de armas declinaron a partir del 2008, llegando a su punto más bajo en el 2010. A partir de ese año se fueron recuperando y hoy están un 20% por encima de las del 2007. Prácticamente todo el crecimiento ha ocurrido en los países emergentes y en el tercer mundo, incluyendo grandes clientes como Arabia Saudita.

Es interesante observar que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: China, Rusia, Francia, Inglaterra y los EE.UU., que se supone son los árbitros en última instancia de la paz mundial, son también quienes dominan el tráfico internacional de armas.

Y para estimular las ventas, nada mejor que un conflicto. La semana pasada el general a cargo de la fuerza aérea estadounidense en el Pacífico declaró que la política agresiva de China en la región está creando oportunidades para las ventas de armamento. La actitud china, que está modernizando sus fuerzas armadas y tiene reclamos pendientes sobre islas consideradas como suyas por Japón, Filipinas y Vietnam, ha creado preocupación en sus vecinos y los ha hecho acercarse a los EE.UU., los cuales ya han trasladado al Pacífico la mitad de sus cazas F-22 y planea desplegar en esa zona sus primeros escuadrones operacionales de los nuevos F-35.

Los fabricantes de armas saben que después de los acuerdos de cooperación militar suelen venir las ventas de armamento. Cuentan con que sus respectivos gobiernos les ayuden con créditos a los compradores, ofertas de respaldo y protección, y quizás un poco de intimidación.

Gustavo Volmar