Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
economia

Las nuevas reglas del fabricante (II DE II)

Expandir imagen
Las nuevas reglas del fabricante (II DE II)
Incluye contenido de The Economist

Manufactura. Fuerzas mayores están reformulando el mundo de la manufactura 

La posición relativa de los países ricos podría estar cayendo, pero su producción manufacturera absoluta está aumentando rápidamente. Lo que ha disminuido es el número de trabajadores necesarios en las fábricas. Aun cuando alguna manufactura está regresando a los Estados Unidos y a Europa de lugares donde había estado en el extranjero, como China, esta tendencia no recreará todos los trabajos de factorías que antes existieron.

Hoy día el término "manufactura" describe una enorme variedad de actividades. McKinsey lo divide en cinco categorías. La mayor, que representa el 34% del total mundial del valor agregado de la manufactura al 2010 de $10.5 trillones, la llama "innovación mundial para mercados locales". Esto incluye industrias tales como químicos, maquinaria y fabricación de automóviles, donde la innovación constante es esencial y el alto costo del transporte de bienes pesados hace razonable producirlos cerca de los clientes.

El próximo más grande, en 28%, es "procesamiento regional", que incluye industrias tales como fabricación de metales, alimentos y editoras. Por razones obvias, los bizcochos se hornean localmente: no solo porque perderían frescura sino también porque los gustos locales varían. "La energía y los bienes de uso intensivo de recursos", tales como madera, papel y gasolina, representan el 22%; "las tecnologías innovadoras mundiales" (chips, computadoras y productos médicos) representan 9%; y "negociables de mano de obra intensiva" (textiles, ropa y juguetes) representan 7%. Usualmente los países ricos mantienen las últimas dos categorías en el extranjero y probablemente lo estarán por un tiempo.

En las otras áreas donde compiten los países ricos, se está formando una nube oscura. McKinsey prevé una rápida escasez de personas con las destrezas requeridas por la manufactura, especialmente en la medida que los baby-boomers envejecen y se retiran. Es por eso que empresas estadounidenses como Dow and DuPont claman por una mejor educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Sin embargo, el mundo rico todavía lidera las industrias de alta tecnología. En el 2010 tuvo un superávit de $726 mil millones en bienes tales como carros, químicos, medicamentos y maquinarias, pero tuvieron un déficit comercial de $342 mil millones en negociables de mano de obra intensiva.

Realmente, todo es borroso

McKinsey arroja nueva luz sobre un viejo tema: ¿es la manufactura superior a los servicios? Cada vez se hace más difícil separarlos, ya que muchos trabajos de manufactura se mezclan con trabajos de servicios. En los "manufactureros" estadounidenses, el 34% de los trabajos incluyen servicio, aumentando a 55% en el sector mundial de innovación tecnológica. Si se cuentan los trabajadores en servicios de apoyo y los que proveen materias primas, el empleo total en manufactura en los Estados Unidos era de 17.2 millones en el 2010, en lugar de la cifra oficial de 11.5 millones. Elimine todos los trabajos de servicios y se reduce a 7.3 millones.

McKinsely predice que en el futuro habrá más trabajos para robots. Dice que desde el 1990 el costo de la automatización ha disminuido en relación al trabajo en 40-50% en el mundo rico. El aumento de las máquinas continuará en los países ricos, e incursionará en los países en vías de desarrollo. Los salarios en los mercados emergentes están altísimos. Un fabricante chino está hablando de contratar un millón de robots. No obstante, los robots necesitan a personas que los construyan, los programen y les den mantenimiento. Los humanos no tienen razón para lamentarse.

© 2012 The Economist Newspaper Limited. All rights reserved. De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com