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Motivo para no aceptar

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Motivo para no aceptar

En negociaciones en las que hay varias partes envueltas, algunos pueden no aceptar los términos acordados por la mayoría y quedarse fuera del arreglo, a fin de tratar de recibir una mejor compensación después. Es lo que sucedió cuando Argentina renegoció con sus acreedores la deuda de 100 mil millones de dólares que dejó unilateralmente de pagar en el 2002. El 92% de los acreedores aceptó en el 2010 un arreglo por el cual recibieron entre 25 y 29 centavos de cada dólar que se les debía. Una parte de los acreedores, sin embargo, no aceptó la oferta. Calcularon que podrían conseguir más, pues los bonos que tenían habían sido emitidos en Nueva York, por lo que el caso podía ser sometido a una corte estadounidense.

Una corte de distrito en Nueva York dictaminó que hasta tanto quienes rechazaron la oferta no empezaran a ser pagados según se determine judicialmente, los que aceptaron recibir los bonos reestructurados en el 2010 tampoco podrán ser pagados. El gobierno argentino, sin embargo, reiteró el sábado pasado que seguirá pagándoles.

Aunque una ley argentina prohíbe dar a los remisos nada mejor que en el 2010 se otorgó a los demás, la oferta argentina luce interesante. Daría a los acreedores pequeños nuevos bonos con vencimiento en el 2038 por el mismo valor nominal que los anteriores que poseen actualmente, a una tasa anual de interés entre 2.5% y 5.25% y pagos en función del crecimiento de la economía. A los grandes les aplicaría un descuento y entregaría bonos del 2033 al 8.28% de interés anual, más bonos del 2017 para cubrir intereses vencidos desde el 2003 y también los pagos según el crecimiento del PIB.

Pero los remisos quieren el pago total, sin descuentos o distinción por montos, e incluyendo intereses vencidos. Si la decisión de la corte les favorece, afectará las reestructuraciones futuras de deuda y validará la estrategia de rechazar lo que la mayoría acepte.