Vigor del Conep

Como organización cúpula del sector empresarial, el Conep agrupa un conjunto de subsectores de diferentes tipos, cada uno de los cuales tiene sus propios intereses y un ente que los representa. Esa diversidad de características hace difícil la actuación del Conep en los casos en que algunos de sus integrantes tengan puntos de vista contrarios, lo que provocó que en muchas ocasiones su vigor y militancia fuesen menores que los de los entes que lo componen.

Fundado en 1963, en ocasiones se achacó al Conep estar más inclinado a favor de algunos de sus miembros que de otros, lo que le valió el disgusto y salida de segmentos que entendían ser postergados. Fue, sin embargo, consolidando su imagen, manteniendo posiciones moderadas con limitada visibilidad.

En los últimos tiempos hemos observado un rol más visible del Conep. Está más dispuesto a expresar públicamente sus puntos de vista, lo cual indica que ha disminuido su anterior preferencia por las negociaciones discretas, a puertas cerradas.

Su comunicado de esta semana lo demuestra. Fue enfático al declarar que apoya el criterio del FMI de que el deterioro de las finanzas públicas se debió al "aumento desmedido e insostenible del gasto público", que las recaudaciones de impuestos realmente han venido creciendo, pero que el problema fiscal surge de la mala gestión acompañada de un retroceso en la transparencia.

El renovado vigor del Conep puede obedecer a la condición inusual en que se encuentra el escenario político del país, con un solo partido en control de todos los poderes del Estado y una oposición fragmentada. Quizás considera que está obligado a tratar de erigirse en un contrapeso a ese poder, pues ya no le es fácil influir tras bastidores sobre las decisiones del gobierno.

Si es así es probable que lo veamos participar de forma muy activa en el venidero debate sobre el nivel y composición del presupuesto nacional.

Gustavo Volmar