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Bono soberano de 100 años de Argentina desafía la historia de los mercados emergentes

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Bono soberano de 100 años de Argentina desafía la historia de los mercados emergentes
Bandera de Argentina. (FOTO SHUTTERSTOCK)

Si los pronósticos sobre el crecimiento y la inflación de la Fed son ciertos, entonces los activos de los mercados emergentes se verán seriamente afectados.

Argentina, uno de los incumplidores recurrentes más notorios en el mundo, salió al mercado el lunes con un bono soberano de 100 años y los inversores se lanzaron a comprarlo con el mismo valor temerario de los legendarios gauchos de las pampas.

Me parece sorprendente esta entusiasta acogida de un bono denominado en dólares con un plazo de amortización de 100 años de un país calificado como basura que apenas ha podido mantenerse solvente durante 50 por ciento de su historia como acreedor. Aunque se puede argumentar a favor de realizar esta inversión, varios analistas han advertido que este bono es una clara señal de un mercado que se ha adelantado a sí mismo.

El punto, sin embargo, no son los 100 años. Las complejidades de las matemáticas de los bonos significan que, una vez que los vencimientos superen 30 años, el argumento a favor de la inversión sigue siendo el mismo. Excepto en el caso de un incumplimiento, el bono — con un rendimiento de casi el 8 por ciento — reembolsará a los inversores completamente en aproximadamente 12 años, si todos los demás factores (como la inflación) no cambian y si dejamos a un lado su valor de reventa. Muchos inversores tendrán horizontes mucho más cortos.

En un mundo carente de ganancias, el 7.91 por ciento ofrecido resultó ser muy atractivo y el bono atrajo órdenes de US$9.750 mil millones para los US$ 2.75 mil millones emitidos. “La gente está considerando la situación en los próximos 12 a 24 meses y están viendo una perspectiva bastante positiva para Argentina”, dice David Robbins, jefe de mercados emergentes de TCW en Nueva York.

El Sr. Robbins señala que de hecho Argentina está vendiendo acciones de su propia recuperación económica.

Con tanto mercados sobrevalorados (según los analistas), este bono simplemente parece estar siguiendo esta tendencia. Pero otros advierten que ya hemos pasado por lo mismo anteriormente.

Sérgio Trigo Paz, el director de gestión de carteras de renta fija de Blackrock, dice que el racional y el precio son sensatos. Pero añade que: “Cuando pones la situación en perspectiva, te da una sensación de déjà vu”.

Argentina no ha sido el único mercado con una venta notable esta semana. Rusia atrajo la demanda de más de US$6 mil millones con sus eurobonos de 10 y 30 años que se espera que coticen con rendimientos de 4.25 y 5.25 por ciento, respectivamente.

Esto está ocurriendo justo cuando la Reserva Federal (Fed por sus siglas en inglés) de EEUU ha iniciado un “endurecimiento cuantitativo”, elevando las tasas de interés la semana pasada por segunda vez este año y preparando a los mercados para un anuncio sobre cómo empezará a reducir su balance excesivo este año.

Hay claros paralelismos entre la actualidad y 2013, cuando la Fed anunció el fin de la flexibilización cuantitativa justo cuando los inversores estaban realizando inversiones en eurobonos emitidos por algunos gobiernos africanos. Algunas de estas inversiones tuvieron resultados negativos conforme los inversores huyeron de los mercados emergentes en el “taper tantrum” que siguió.

Tal vez los inversores piensan que Argentina es menos vulnerable este año a los peligros del “pecado original”: emitir deuda en dólares que tiene que ser pagada con ingresos provenientes de tu propia — posiblemente débil — moneda. La fuerza del dólar del año pasado se ha desvanecido y el peso se ha debilitado con respecto al dólar en sólo 1.5 por ciento al año.

Aunque no se espera que se repita el taper tantrum, el Sr. Trigo Paz se ha unido a otros analistas que advierten que nos encontramos en un punto de inflexión.

Él ve dos escenarios. En uno, la Fed tiene razón sobre la inflación y las tasas seguirán aumentando. Esto convertiría el bono argentino en “una mala experiencia”. En el otro, los mercados están en lo cierto, la inflación y las nóminas de EEUU nos decepcionarán y estaremos de vuelta en un ámbito financiero de tasas de interés bajas, que beneficiará a los bonos, hasta que surja de nuevo la deflación, dañando la economía argentina y su capacidad para pagar.

Mientras tanto, según el Sr. Trigo Paz, hay un punto intermedio — conocido como economía “Goldilocks” — en el que los inversores podrían obtener un cupón de interés de 8 por ciento. Aparte de esto, “aparentemente no puede haber un buen resultado, lo cual resultará en un punto de inflexión”.

A fin de cuentas, la pregunta es si los flujos de inversiones hacia los activos de los mercados emergentes este año — que han sumado más de US$35 mil millones solamente en bonos de mercados emergentes — seguirá acojinando a los inversores de posibles problemas en el futuro. Tal vez la inversión de tal gran cantidad de dinero en búsqueda de ganancias supere a cualquier evento.

“La gente necesita poner a trabajar su dinero”, dice Jim Barrineau, codirector de mercados emergentes de Schroders.

Sin embargo, el Sr. Barrineau advierte: “La historia de los mercados emergentes nos ha mostrado que este tipo de ambiente no perdurará. Una emisión de este tipo será muy volátil cuando entre en crisis el mercado. Te va bien hasta que te deja de ir bien”.

Por Jonathan Wheatley (c) 2017 The Financial Times Ltd. All rights reserved

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