Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Petróleo
Petróleo

El fallo en contra de Lula no “hará grande de nuevo a Brasil”

El probable final de su candidatura deja abiertas las elecciones presidenciales

Expandir imagen
El fallo en contra de Lula no     “hará grande de nuevo a Brasil”
Al expresidente de Brasil y ex líder sindical, Luiz Inácio “Lula” da Silva le fue ratificada la condena. (AP)

Luiz Inácio Lula da Silva fue alguna vez uno de los presidentes más populares del mundo. En sus dos períodos desde 2003 hasta 2010, presidió un auge económico que sacó a millones de personas de la pobreza. Pero Lula, como lo conocen muchos, también encabezó un gobierno que incluso uno de sus propios ministros calificó como el más corrupto de la historia de Brasil.

Esta semana, ese pasado alcanzó al ex líder sindical. El miércoles, perdió una apelación para revocar una condena por corrupción. Además, los tres jueces del tribunal de apelación agregaron dos años a la sentencia de 10 años de prisión. Aunque el Sr. Lula da Silva apelará la decisión, perjudica seriamente sus posibilidades de presentarse a las elecciones presidenciales de octubre. Como las encuestas sugieren que, de lo contrario, podría ganar, el fallo también deja abierta la contienda electoral de Brasil.

Los mercados repuntaron con la creencia de que ahora han mejorado las posibilidades de que el próximo presidente sea favorable al mercado. Los críticos del Sr. Lula da Silva, basándose en el lema de la campaña del presidente estadounidense Donald Trump, escribieron en Twitter que la decisión del tribunal volvería a “hacer grande de nuevo a Brasil”. Los partidarios protestaron, alegando que el dictamen era parte de una conspiración de la élite para evitar que el ex limpiabotas e ícono izquierdista gane un tercer mandato.

Es notable que un tribunal pudiera haber decidido el curso de las elecciones presidenciales de Brasil, en lugar de los votantes. Pero la idea de que el Sr. Lula da Silva es víctima de una conspiración es errónea, al igual que su intento de compararse con Nelson Mandela. En la amplia investigación anticorrupción de Brasil, llamada Lava Jato, un poder judicial admirablemente independiente ha procesado y condenado a altos dirigentes políticos de todas las tendencias ideológicas.

Michel Temer, el presidente de centroderecha, también ha sido acusado de aceptar sobornos. Si hay algún sesgo en el poder judicial, más bien se deriva de la mentalidad profesional de los fiscales y jueces. Por entrenamiento y temperamento, son del tipo que apoyan la ley y el orden.

Muchos de los oponentes del Sr. Lula da Silva también se equivocan en su regocijo. Incluso su antiguo rival, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, ha dicho que su posible encarcelamiento sería malo para el país. Brasil, uno de los países más desiguales del mundo, necesita un fuerte partido de centroizquierda, como el PT; la condena del Sr. Lula da Silva sólo lo debilita. Su descalificación como candidato también polarizaría aún más una contienda electoral ya polarizada. Hasta que se agote el proceso de apelación, el Sr. Lula da Silva ha prometido seguir adelante con su candidatura. Es casi seguro que ocurran protestas callejeras en las grandes ciudades.

Es posible que los mercados también hayan actuado con demasiada premura. La probable descalificación electoral del Sr. Lula da Silva podría aumentar las posibilidades de que el próximo presidente continúe con las duras reformas fiscales que Brasil necesita para poner sus finanzas públicas en orden. Pero es igualmente probable que la polarización vaya en contra de la aprobación de esas medidas.

El drama en torno a la decisión judicial muestra la profundidad de la ira popular brasileña. El país está enojado: con la corrupción, con una recesión que apenas ahora está llegando a su fin, y especialmente con los políticos; todos ellos.

Más que nada, estos acontecimientos revelan el vacío de liderazgo que yace en el corazón de Brasil y la falta de alternativas. Es notable que un país tan carismático como Brasil no haya producido una nueva generación de políticos dignos. Actualmente en segundo lugar en las encuestas se encuentra Jair Bolsonaro, un ex capitán del ejército cuyas opiniones hacen que los tuits del Sr. Trump parezcan moderados. Eso no está bien; es algo triste. A sólo nueve meses de las elecciones, también es preocupante.

TEMAS -