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Crédito bancario
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Apuestas peligrosas

La posesión de una tarjeta puede estimular las compras por impulso y recargar los presupuestos familiares

Los bancos no se consideran obligados a servir como guardianes y mentores de sus clientes de tarjetas de crédito. Toman medidas para protegerles de fraudes, mejoran la seguridad de las transacciones, pero no se sienten responsables por lo que el usuario adquiera ni por cuánto gaste.

La posesión de una tarjeta puede estimular las compras por impulso y recargar los presupuestos familiares, pero es quien la usa el que debe corregir su comportamiento. Los bancos, después de todo, dicen estar contribuyendo a controlar el gasto, al imponer límites a los montos de los balances deudores en que las personas pueden incurrir.

Sin embargo, a pesar de esa aparente frialdad y desvinculación, los bancos están conscientes de que las tarjetas de crédito son un gran negocio sólo en la medida en que sus clientes puedan pagar. No les interesa, por lo tanto, que se endeuden hasta el punto de la insolvencia. Y hay, a ese respecto, diferencias según el uso que se dé a las tarjetas. A quienes las emplean para comprarse cosas, les suele al menos quedar algún activo resultante de sus gastos. Pero quienes las usan para hacer apuestas y pierden, se quedan sin nada.

Un número rápidamente creciente de bancos, desde JP Morgan Chase y el Banco de América, hasta Citigroup y Lloyds, están prohibiendo el uso de sus tarjetas de crédito para comprar monedas criptográficas, como el bitcoin y otras. Igual que en un casino de juego, los adquirientes de esas monedas, entusiasmados por la ilusión de obtener sustanciales ganancias, pueden en cambio sufrir grandes pérdidas en muy poco tiempo, y quedar endeudados por encima de su capacidad de pago. Los emisores de las tarjetas verían entonces deteriorarse sus índices crediticios y tendrían que incrementar el nivel de sus provisiones, afectando sus beneficios.

Como la preocupación real es el cobro de la deuda, las monedas criptográficas pueden seguirse comprando con tarjetas de débito.

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