Barcos fantasmas

Viernes 13. Muertos que no quieren irse de este mundo y se dejan ver como apariciones han dado pie a incontables relatos desde tiempo inmemorial, algunos benévolos y otros muy espeluznantes. Y el recurrido dicho de “no creo en ellos, pero de que salen, salen” o la versión más extendida “yo no creo en fantasmas pero que los hay, los hay” puede aplicarse a embarcaciones también.

Ha habido buques fantasmas muy famosos en la historia, entre ellos el Holandés Errante, que ha llegado a ser el título de una ópera compuesta por Richard Wagner, el María Celeste y el Valencia. Pero aparte de esas leyendas del mar, actualmente los hay en la vida real, y la causa de su existencia se atribuye a motivos económicos.

Se afirma que la economía está detrás de la llegada recurrente de barcos fantasmas a las costas japonesas durante los últimos cinco años. En el 2017 más de cien embarcaciones arribaron con los cuerpos de sus tripulaciones y unos cuantos supervivientes, y ya han llegado varias en lo que va del 2018.

Los barcos en cuestión son pesqueros de Corea del Norte que excedieron su radio habitual de navegación, sufrieron fallas mecánicas, fueron arrastrados por las corrientes marítimas, se quedaron sin provisiones, o fueron víctimas de inclemencias del clima para las que no estaban preparados.

Asumieron tales riesgos, se alega, por presiones del gobierno norcoreano para que incrementen la recolección de peces y mariscos, tanto para exportación como para suplir de alimentos a la población, incluyendo al ejército de más de un millón de efectivos.

Aunque los barcos en cuestión son pequeños botes de madera, nada espectaculares ni sofisticados tecnológicamente, la propaganda oficial norcoreana los describe como barcos de guerra que protegen la patria, y que los peces que capturan son sus balas y proyectiles de artillería.

De ahí el papel que se asigna a la economía en el asunto. Pero para darle un toque de dramatismo del que el simple objetivo económico carece, las autoridades japonesas sospechan que hay espías entre ellos. Y se ha informado de robos en lugares afectados por las incursiones.

Gustavo Volmar