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Dominicana primero

No podemos hacer variar los tratados a nuestro antojo. Nuestras zonas francas son vulnerables. Nuestro peso no es una moneda de reserva

Hay quienes consideran que varias de las razones que motivan las actuaciones de Trump en los EEUU son válidas aquí también. Y señalan específicamente al comercio exterior, la inmigración y el sector público.

En cuanto al comercio, dicen que igual que el acuerdo NAFTA de los EEUU con México y Canadá condujo a un aumento en el déficit comercial estadounidense, el convenio DR-CAFTA también ha provocado un incremento en el déficit comercial de la República Dominicana. Nuestras industrias, señalan, han sido diezmadas por la entrada de bienes importados, y muchas de ellas se han trasladado a Centroamérica o han tenido que convertirse en importadores. Y el sector agrícola será el próximo en sufrir las consecuencias de las desgravaciones arancelarias programadas. Si Trump considera inaceptable esa situación y está tomando medidas contundentes para enmendarla, nosotros deberíamos hacer lo mismo para proteger a nuestros productores.

En cuanto a la inmigración, expresan que su magnitud y sus efectos son aquí mucho mayores que en los EE.UU., por lo que se impone sin más demora defender nuestra nación vía medidas efectivas de control migratorio y fronterizo.

Y respecto al gobierno consideran, igual que Trump, que el gasto público en nómina y programas sociales ha sido un instrumento de clientelismo político, de escasa eficacia para la solución de las precariedades que padece la población.

Dados esos planteamientos, luce como si debiéramos adoptar una política de “Dominicana primero” similar al “América primero” de Trump y con características parecidas. Pero así como puede haber semejanzas con los EE.UU., también hay diferencias, y éstas últimas son aún mayores que las primeras. No podemos hacer variar los tratados a nuestro antojo. Nuestras zonas francas son vulnerables. Nuestro peso no es una moneda de reserva. Varios sectores dependen de la mano de obra extranjera. Y nuestra dinámica económica está vinculada al gasto público.

gvolmar@diariolibre.com

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