Fase de desarrollo

La próxima terminación de la misión de paz de las Naciones Unidas en Haití ha despertado legítimas inquietudes en varios sectores de la República Dominicana, tanto en el ámbito oficial como en el privado. Las condiciones de pobreza que son fuente de la inestabilidad en el vecino país permanecen vigentes, y no se dispone de un plan efectivo para modificar esa situación. Según opina el Consejo Económico Social de la ONU, Haití es más seguro hoy que cinco años atrás, pero admite que continúan la corrupción y la falta de institucionalidad en ese país.

Una nueva misión, que será conocida como Minujusth, reemplazará a la Minustah, con el fin de promover el fortalecimiento de la justicia, la gobernabilidad y la institucionalidad. Es tiempo para una nueva fase en el rol que desempeña la ONU, en la cual el Consejo prevé un cambio de objetivos desde la asistencia humanitaria hacia el desarrollo económico. Y considera que Haití ofrece una gran oportunidad que la comunidad internacional debe aprovechar, ahora que el país cuenta con un gobierno electo que “parece estar funcionando”. En particular, menciona que las prioridades gubernamentales son “interesantes” y están alineadas con la agenda de la ONU para el desarrollo sostenible.

Es evidente que el avance económico de Haití es de vital importancia para nuestro país, aunque sólo fuera por el impacto que tendría sobre la presión migratoria a la que estamos expuestos. Haría de Haití un más valioso socio comercial, y mejoraría las perspectivas de desarrollos conjuntos en diversas áreas, incluyendo el turismo y la conservación de recursos productivos. No observamos, sin embargo, que exista una propuesta concreta de inversiones ni un esquema específico para crear puestos de trabajo. La magnitud de la tarea a ser llevada a cabo contrasta con la actitud de los gobiernos de algunas naciones ricas, los cuales han anunciado recortes en sus programas de ayuda al tercer mundo.

Gustavo Volmar