Fuera de bolsa

No sucedió lo que los entusiastas del bitcoin, la moneda virtual, esperaban. Confiaban estar celebrando esta semana la creación del primer fondo de inversión en bitcoins listado en una bolsa convencional, pero la Comisión de Bolsas y Valores de los EE.UU., donde el fondo sería registrado, rechazó la solicitud que desde hace casi cuatro años estaba siendo discutida. La decisión, que se dio a conocer el viernes pasado, hizo caer en 18% el valor en dólares del bitcoin, el cual luego se recuperó parcialmente.

Los mayores beneficiarios del rechazo están, paradójicamente, vinculados al bitcoin. No son, lógicamente, los inversionistas que poseen balances en bitcoins, sino las compañías que actualmente ofrecen plataformas para custodiar el registro de la propiedad de los bitcoins y efectuar transacciones con ellos, dando de esa forma un servicio comparable a un híbrido entre banco y bolsa. Su atractivo, de haberse aprobado la inscripción del fondo, habría disminuido sustancialmente.

En principio, el rechazo también favorece al oro, y por ende a nuestro país, pues tanto el bitcoin como el oro son destinos competitivos de inversiones que comparten algunas características. Ambos son perjudicados por las alzas de las tasas de interés y favorecidos por la inestabilidad de las monedas tradicionales, pero difieren en cuanto a su naturaleza intrínseca y en los usos alternativos que tienen, teniendo la ventaja el oro en ese último sentido. El carácter marginal de las tenencias de bitcoins en comparación con las de oro, sin embargo, hace que el precio de éste no haya subido por causa del rechazo, como tampoco hubiera descendido en caso de haber sido aprobado.

Para los partidarios del bitcoin la decisión es sólo un pequeño traspiés. Después de todo, su rol como medio de pago y para transferir recursos a bajo costo permanece inalterado. Fue únicamente su función como objeto de inversión la que no recibió el impulso esperado.

Gustavo Volmar