Incoherencias e intereses

Es evidente que las incoherencias de la política de los EE.UU. respecto de sus aliados, más los intereses de sectores de su economía, pueden tener serias consecuencias sobre países como el nuestro, que no juegan un papel relevante en la economía mundial pero son impactados por los eventos que ocurren. A pesar de los pronósticos de que no habría acuerdo para restringir la producción, la resolución de la Organización de Países Exportadores de Petróleo en ese sentido, la primera en ocho años, fue facilitada por esas incoherencias, y es una mala noticia para la economía dominicana.

Contrario a las predicciones, Arabia Saudita aceptó reducir su producción sin requerir lo mismo de su rival Irán, el cual reclamaba que la suya aún estaba por debajo de los niveles anteriores a las sanciones levantadas recientemente. Hace apenas un mes que el Congreso estadounidense, anulando un veto del presidente Obama, aprobó una moción legislativa permitiendo que cualquier persona pueda demandar a Arabia Saudita por los atentados del 11 de septiembre del 2001, dada la alegada vinculación de los terroristas con entidades de ese país. Sólo dos días después de la aprobación, la primera demanda fue presentada en una corte de Washington por la viuda de una de las víctimas del ataque al Pentágono. Las firmas de abogados litigantes preparan otros casos y anticipan grandes beneficios. Obviamente, la decisión de los sauditas no obedece sólo a la actuación del Congreso, pues los bajos precios del petróleo han afectado sus ingresos y hecho subir su déficit fiscal. Pero habiendo servido a los intereses de los EE.UU. durante tanto tiempo, esperaban un mejor trato. Y en cuanto a Rusia, su liderazgo, muy admirado por el presidente electo Trump, también se unió al recorte del crudo.

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Gustavo Volmar