Nobel de economía 2017

En cierto modo fue un atrevimiento. En ocasión de su 300avo aniversario, el banco central de Suecia creó el premio Nobel de economía en “memoria” de Alfred Nobel, el empresario que estableció los demás premios, pero no hay por qué suponer que Nobel considerara a la ciencia económica como merecedora de ese galardón, o que estaría complacido de que un premio a esa rama del saber llevara su nombre.

Como sea, el premio existe desde 1968, y deriva su prestigio del correspondiente a los otros premios otorgados a avances en física, química, medicina y otras disciplinas, a pesar del descrédito en que ha caído el que se concede a las contribuciones a la paz.

Igual como sucede con la ceremonia de los Oscar del cine, varios eran los posibles candidatos a recibir el premio, pero la academia sueca de ciencias se inclinó por reconocer la labor de Richard Thaler, profesor en la Universidad de Chicago. Nacido en 1945, su especialidad es lo que se conoce como economía del comportamiento, la cual estudia los procesos que inciden sobre las decisiones de las personas, tales como qué bienes adquirir, dónde invertir o cuáles empleos buscar.

Atrás han quedado las teorías que suponían un comportamiento siempre racional basado en funciones definidas de utilidad. Incorporando elementos de psicología y otras disciplinas, se admiten ahora actuaciones aparentemente ilógicas, irracionales e inconsistentes, y se tratan de explicar los factores que las motivan. Entre esos factores, Thaler resalta las limitaciones en el conocimiento, los impulsos emocionales y las preferencias vigentes en el ambiente social.

Dada esa influencia de factores externos, Thaler considera que es posible incidir sobre el comportamiento de las personas a través de pequeñas intervenciones en su entorno, abriéndoles caminos y dándole incentivos para que decidan actuar de forma más propicia a la estabilidad de los mercados y al crecimiento de la economía.

Gustavo Volmar