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Principios o intereses

El apego a planteamientos ideológicos crea resistencia a transigir con políticas

Un analista político inglés expresó que los partidarios de la izquierda y la derecha se guiaban por criterios diferentes. Los primeros estaban más comprometidos con principios ideológicos, con un alto componente de confianza en la capacidad de los conglomerados sociales para establecer reglas equitativas, gestionar conjuntamente actividades económicas y diseminar los frutos del crecimiento económico. Los segundos, en cambio, eran más propensos a seguir lo que conviniera a sus propios intereses, sin muchas expectativas acerca de la efectividad de la acción comunitaria, y con una mayor flexibilidad para convenir y adaptar posiciones.

No hace falta añadir que ese analista militaba en el partido laborista británico, pero su opinión, aunque evidentemente parcializada, no deja de tener relevancia para indagar las causas por las que los partidos socialistas atraviesan por una de sus peores etapas, no sólo en América Latina según hemos comentado en otras ocasiones, sino en Europa también, tal como ocurre en el Reino Unido, España, Francia o Alemania.

El apego a los planteamientos ideológicos crea una resistencia intrínseca a transigir con las políticas a fin de ganar o compartir el poder. Los partidos de izquierda que lo hacen suelen perder credibilidad y ser posteriormente desplazados por otras fuerzas. Y también suelen ser víctimas de traumáticas divisiones internas, basadas en plataformas antagónicas de difícil conciliación. Los líderes de sus facciones a veces reservan sus más agrias recriminaciones para sus rivales en el partido, más virulentas que las que dirigen a los de otras agrupaciones.

El pragmatismo de la derecha facilita la convergencia de sus segmentos. La actitud en cuanto al rol del Estado, por ejemplo, varía según el asunto de que se trate. Si protege sus intereses o les amplía sus mercados puede estar bien, pero estará mal si le impone restricciones o nuevas cargas tributarias.

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