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Propósito del petro

Si el petro fuese controlado por el gobierno bolivariano, sería difícil que fuese acogido con igual entusiasmo

Nunca antes la expresión “petrodólares” había estado tan cercana a convertirse en realidad. O, mejor dicho, tan próxima a entrar en la esfera de la virtualidad. Cuando el fin de semana pasado el presidente de Venezuela, sin entrar en detalles, anunció la creación del petro como moneda virtual, respaldado por el petróleo, gas natural, oro y diamantes del país, rompió con el comportamiento habitual de los gobiernos, los cuales buscan normalmente evitar que las monedas emitidas por sus bancos centrales sufran la competencia de otras monedas o bienes sustitutos de monedas.

Al lanzar una moneda virtual alternativa del bolívar, el gobierno venezolano estaría, en la práctica, poniendo en circulación un reemplazo de su moneda oficial, ya de por sí muy debilitada por la inflación de precios y la depreciación cambiaria.

El extraordinario auge del precio del bitcoin, la moneda virtual ideada durante la crisis del 2008, debe haber influido sobre la decisión gubernamental.

Habiendo subido de precio de forma casi exponencial, su trayectoria podría haber hecho pensar a las autoridades venezolanas que es un modelo susceptible de ser copiado, viabilizando el pago de la pesada deuda pública y, por su componente de anonimidad, permitiendo escapar de los efectos de las sanciones estadounidenses.

Pero es improbable que el gobierno ignore que uno de los pilares fundamentales del bitcoin es que su creación sigue un proceso matemático establecido desde su inicio, fuera del control de cualquier persona, organismo, empresa o Estado, dando lugar a que su cuantía máxima esté definida de antemano.

Si el petro fuese controlado por el gobierno bolivariano, sería difícil que fuese acogido con igual entusiasmo.

Eso hace que hasta tanto no se revelen sus características, el propósito del petro sea una incógnita, y que exista aprensión en cuanto al futuro del bolívar y el impacto eventual sobre la estructura financiera del país.

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