Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
columnistas

Reacciones micro y macro

Normalmente las ciudades buscan atraer convenciones a fin de estimular sus economías

A veces ocurren coincidencias inesperadas entre cuestiones en el ámbito de la macroeconomía y asuntos en la esfera de la microeconomía. Una de ellas tuvo lugar durante la reunión del G20, que agrupa a 19 de las economías más grandes del mundo, más un representante de la Unión Europea. Y el asunto en cuestión fue la desigualdad en la distribución de los beneficios de las actividades económicas.

A nivel macro, es decir en el contexto de eventos que tienen lugar en la economía global, el descontento por sus consecuencias quedó plasmado en las protestas de decenas de miles de manifestantes. Sin una agenda única, y probablemente con un concepto difuso de quiénes son los culpables, el elemento común que vinculó a esos manifestantes fue el criterio de que los procesos derivados de las decisiones tomadas en escenarios como el G20 sólo han beneficiado a una minoría, en tanto que han sido perjudiciales para las grandes mayorías. Curiosamente, de forma simultánea a esos cuestionamientos macro, tuvo lugar una reacción a nivel micro, también causada por una percepción de injusticia.

Los residentes de Hamburgo, y los establecimientos comerciales, fabriles y de servicios ubicados en esa ciudad, se opusieron durante meses a que la reunión del G20 se celebrase allá. Normalmente las ciudades buscan atraer convenciones a fin de estimular sus economías, pero en este caso se sabía de antemano que las protestas iban a ocurrir, con su secuela de disturbios, cierres, violencia y pérdidas de negocios. Algunas actividades, como hoteles y líneas aéreas serían beneficiadas por el evento, pero los afectados sostuvieron que esas ganancias serían a expensas de ellos. El gobierno alemán, interesado en demostrar que era capaz de acoger una reunión como ésa en una de las principales ciudades del país, rehusó trasladarla a una ubicación más remota, como podría haber sido algún castillo alejado de los mayores centros urbanos.