Recorrido contrario

En la República Dominicana las ventas locales por internet constituyen una muy pequeña parte del total de las transacciones efectuadas. Más utilizado para hacer pagos recurrentes por facturas de servicios e impuestos, el internet no ha llegado todavía a sustituir a las tiendas con presencia física real, y se emplea muchas veces para anunciar bienes a fin de atraer clientes a los establecimientos.

Como toda innovación que irrumpe súbitamente y cosecha éxitos prodigiosos, el internet pareció ser un medio inagotable, capaz de reemplazar formas tradicionales de mercadeo y comercialización. Y así ha sido en los países tecnológicamente más avanzados, donde las tiendas reales que no se percataron a tiempo de lo que estaba pasando se han quedado atrás. Muchas han cerrado y otras han tenido que desarrollar plataformas comerciales virtuales, o contratar servicios con ese propósito, para poder enfrentar la competencia de las tiendas creadas desde el principio en el ámbito virtual.

Pero una tendencia inesperada se observa ahora. Las tiendas puramente virtuales están iniciando un recorrido opuesto, pues están abriendo establecimientos reales o adquiriendo tiendas existentes. Se han percatado de que hay límites a la preferencia de los consumidores por las compras en línea, de que no todos los productos absorben los costos de envío, y que la facilidad de sumarse a la red ha dado lugar a mercados saturados intensamente competitivos, con márgenes de ganancias muy reducidos.

Eso no significa que las ventas por internet estén declinando. En China el día 11 del mes pasado, durante el llamado día de los solteros, se vendieron bienes por valor de 2,900 millones de dólares durante los primeros seis minutos, cifra superior al monto total vendido ese día cinco años atrás. A pesar de que sus imágenes están por todos lados, la frugalidad predicada e impuesta a la fuerza por el camarada Mao no está ya en el ánimo de la población.

Gustavo Volmar