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Regreso al redil

El préstamo stand by del FMI a la Argentina tiene condiciones bastante flexibles con ese país pródigo que regresa a casa.

Luego de varios años de ausencia al haberle pagado todo lo que le debía, la Argentina volvió a caer en el redil del FMI, nada menos que por un monto de US$50,000 millones. La decisión de retornar fue encomiada por el organismo internacional, que la describió como una “actitud oportuna del gobierno” para generar “una línea de defensa financiera”.

Como en cualquier otro acuerdo de préstamo stand-by, el desembolso de los fondos está vinculado al cumplimiento de ciertos requisitos por parte del país solicitante. El crédito se suele estructurar en varios tramos, y es posible que no llegue a ser totalmente desembolsado, sea porque el país no lo considera necesario, o porque no cumplió las metas establecidas. En este caso, dado que el monto involucrado equivale al 1,110% de la cuota de Argentina en el Fondo, era previsible la imposición de condiciones severas. El FMI fue, sin embargo, bastante flexible con ese país pródigo que regresó a casa.

El principal requisito del acuerdo, cuya duración es de tres años, es una disminución del déficit fiscal del 2.2% al 1.3% en el 2019, alcanzando un equilibrio primario en el 2020. El FMI estima, siguiendo su lógica ortodoxa, que ese modo la deuda pública podrá llegar a mostrar una trayectoria descendente. Y se suprime de inmediato el financiamiento del banco central al gobierno.

Ya el Banco Central argentino había elevado drásticamente, al 40% anual, su tasa de interés de referencia. Se espera que la reduzca gradualmente a medida que baje la tasa de inflación, manteniendo un diferencial de alrededor del 10% sobre esta última, lo cual debería ser atractivo para que los inversionistas fugaces que desencadenaron la crisis vuelvan a invertir en el país.

La República Dominicana también canceló su deuda con el Fondo Monetario Internacional, pero sin que las relaciones fuesen afectadas. Argentina, en cambio, lo hizo en un contexto de animosidad, siendo censurada por la escasa confiabilidad de las estadísticas oficiales.