Requisitos de ACB

En estos tiempos en los que el ahorro de palabras típico de la web se ha contagiado a los informes y conversaciones verbales, el ACB es una práctica común en el sector privado, pero más escasa en el sector público. Su significado, análisis de costo y beneficio, hace referencia a una técnica cuyo propósito es ayudar a decidir si un determinado proyecto, inversión o negocio se lleva o no a cabo.

Dado que se mide en dinero, su precisión es tanto mayor cuanto más monetarios sean los costos y beneficios, siendo muy adecuado para actividades como la construcción de torres de apartamentos, factorías o plantas de ensamblaje, la gestión de inventarios, o la adquisición de bonos y otros títulos financieros. Pero mientras más incidan costos y beneficios de difícil cuantificación, como contaminación, tiempo, cultura, saneamiento y recreación, que pueden presentar altos niveles de incertidumbre en cuanto a sus equivalentes monetarios, el ACB se hace más vulnerable a valoraciones disímiles.

Para organismos como el Banco Mundial, el ACB es una herramienta requerida como parte del proceso de aprobación de los proyectos que le son sometidos. En base a metodologías establecidas, evalúan las solicitudes de financiamiento a fin de ubicarlas dentro de su escala de prioridades, introduciendo precios “sombra” a algunos componentes con el propósito de que los resultados reflejen los costos y rentabilidades sociales reales.

De mayor interés para nosotros, algunos países requieren realizar un ACB como requisito para presentar un proyecto de ley. Por ejemplo, el Art. 75 del Reglamento del Congreso del Perú lo establece como condición de admisibilidad de una propuesta legislativa que tenga implicaciones económicas. Pero, como se dice, el papel lo aguanta todo, y a pesar del Reglamento muchos congresistas afirman no tener la capacidad propia, ni los asesores técnicos necesarios, para poder cumplir con ese requerimiento.

Gustavo Volmar