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Rezagados en salud

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, el gasto total en salud por persona en nuestro país asciende a cerca de 600 dólares, equivalente al 4.5% del PIB

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Rezagados en salud

El 4% para la educación, dedicado primero a construcciones y ahora a la compra de laptops, no ha conducido todavía a mejorar el nivel de conocimientos de nuestros estudiantes. Aun así, por lo menos hay fondos disponibles, lo que deja abierta la posibilidad de que eventualmente nuestra educación logre salir de los últimos lugares en que se encuentra en la escala mundial, si esos recursos se utilizan correctamente.

La salud es otra historia. Complemento necesario de la educación, pues de poco vale ser culto si se está enfermo, la salud en el país continúa sumida en un marasmo de intereses y contradicciones, al que se suma la falta de recursos. Ni siquiera han podido ser establecidos los centros de atención primarios, y persiste un anárquico sistema de especialización ineficiente y costoso. Hay graves carencias y, al mismo tiempo, flagrantes duplicaciones.

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, el gasto total en salud por persona en nuestro país asciende a cerca de 600 dólares, equivalente al 4.5% del PIB. En Costa Rica, con un PIB per cápita ligeramente superior, el gasto por persona es de unos 1,400 dólares, correspondiendo al 9.3% del PIB. Es decir, los costarricenses dedican a la salud más del doble que nosotros en relación con el valor de su producción total de bienes y servicios. No es extraño, por lo tanto, que allá la expectativa de vida al nacer sea de 77 años para los hombres y 82 para las mujeres, en tanto que aquí es de 71 y 77 años, respectivamente.

Otros países de Centroamérica también nos aventajan en cuanto al porcentaje del PIB invertido en salud. Guatemala con 6.2%, Honduras con 8.7%, El Salvador con 6.8%, Nicaragua con 9.0% y Panamá con el 8.0%.

Como lo muestra el caso de la educación, dedicar más dinero a una finalidad determinada no garantiza conseguir los objetivos buscados. Pero si los recursos no se asignan, es muy improbable que el asunto en cuestión mejore.