Semejanzas regionales

Con sus matices propios y diferentes peculiaridades, los contextos económicos de los países latinoamericanos tienen muchos parecidos. Para comprobarlo es suficiente comparar las discusiones y declaraciones que tuvieron lugar en Ecuador antes de la presentación del último plan de reforma fiscal, con las que se llevan a cabo en la República Dominicana respecto a los asuntos tributarios.

El gobierno ecuatoriano declaró enfáticamente, en vísperas de la Semana Santa, que el plan no equivalía a un “paquetazo” impositivo, “como los que se acostumbraban a dar, casualmente antes de los feriados”. Y añadió que no afectaría “de forma alguna a los sectores más pobres del país”.

Por otro lado, el Ministro de Finanzas expresó no estar de acuerdo con subir los impuestos, declarándose partícipe de alcanzar una mayor eficiencia en el cobro de los gravámenes existentes. Una excepción fue una propuesta de elevar los aranceles de importación a 375 renglones para proteger a los productores nacionales.

El sector empresarial planteó no aumentar los impuestos sino reducir el gasto público, el cual calificó como no sostenible. Entre las partidas a reducir figuraban eliminar subsidios, disminuir la corrupción y combatir los pagos en exceso en las compras estatales. De hecho, en cuanto a las exportaciones, el sector reclamó el mantenimiento de las exenciones tributarias, y que el gobierno pagara la deuda acumulada de US$300 millones por concepto de devoluciones de tributos a los exportadores. Y también promovió la ampliación de los incentivos a las pequeñas y medianas empresas. Aunque el presidente del Ecuador, Lenín Moreno, fue electo como candidato del partido de su predecesor, Rafael Correa, las relaciones políticas entre ambos se han deteriorado notablemente. Eso hace posible que Moreno pueda distanciarse de medidas y programas impulsados por Correa, y dedicarse a imprimir su propio sello y estilo a su gestión gubernativa.

Gustavo Volmar