Tope máximo

A mediados del 2010 el bitcoin, la moneda virtual, valía seis centavos de dólar, y al viernes pasado su precio superaba los 9 mil dólares. Otras monedas criptográficas han surgido, pero ninguna se compara con el bitcoin. Parte de su auge se debe a que las reglas para su creación, establecidas desde que surgió durante la crisis del 2008, han sido seguidas cabalmente y se cree que continuarán siendo cumplidas.

Para fines de su valor, el factor crítico en esas reglas es el mecanismo de creación de nuevos bitcoins. En el caso del petróleo, se sabe que la cantidad que hay en el mundo es limitada, pero como a cada rato se encuentran nuevos yacimientos o se desarrollan técnicas para extraerlo, desconocemos su magnitud exacta. La cantidad máxima de bitcoins, en cambio, está fijada de antemano y sabemos cuánto es. Su monto tope es de 21 millones, y hasta ahora se han creado 16.7 millones, equivalente al 79.5% del total.

La existencia del tope no explica del todo el aumento en el precio, pues muchas otras cosas son también únicas o limitadas sin que por eso sean muy valiosas. Atributos del bitcoin como la amplitud indefinida de la red de participantes, el anonimato, su empleo para cualquier actividad lícita o ilícita, y la facilidad para comprarlos o venderlos, complementan la percepción de escasez derivada del tope.

Y a todo eso se añade otro factor favorable al incremento de precio, pues se sabe que una porción de los bitcoins creados se ha perdido, aunque no cuántos. Los derechos de propiedad sobre bitcoins están contenidos en monederos virtuales que pueden mantenerse en discos de computadoras, memorias USB, centrales de intercambio y otros dispositivos. Si el acceso a ellos se pierde, esos bitcoins son irrecuperables ya que sus dueños no pueden demostrar que les pertenecen a ellos. Se estima que hasta un 20% pueden haberse perdido, mayormente de los emitidos cuando valían muy poco, reduciendo así el tope máximo real.

Gustavo Volmar