Trastorno inflacionario

Además de poner sobre el tapete la eficacia de las terapias de choque para aplicar ajustes económicos, los disturbios ocurridos en Haití por el costo de los combustibles sirven también para confirmar el poder trastornador de la inflación sobre el comportamiento social.

Diversas causas pueden provocar reacciones populares, entre ellas las de índole política, siendo un evento muy recordado los incidentes en Colombia luego del atentado contra Jorge Eliécer Gaitán durante la campaña electoral de 1948, los cuales dieron paso al convenio bipartidista que prevaleció hasta hace poco tiempo. Otra causa han sido eventos deportivos, por ejemplo el partido de fútbol disputado en Lima entre Perú y Argentina el 24 de mayo de 1964, con un saldo de más de trescientas víctimas mortales. Y particularmente amargas son las protestas por asuntos raciales, existiendo muchos casos de ellas en la historia reciente de los EEUU.

En el terreno de la economía hay ejemplos de disturbios en reclamo de obras o servicios públicos, como pueden ser facilidades médicas, un puente o una carretera, pero éstos tienden a estar confinados a lugares específicos. También pueden suceder por falta de trabajo o por el cierre de alguna mina o industria. Pero los disturbios más extendidos, y con consecuencias más contundentes, suelen ser aquellos provocados por la inflación o la escasez de productos básicos, siendo frecuente que ambos elementos, carestía y desabastecimiento, ocurran de forma simultánea. Las ya famosas marchas de las cacerolas vacías son ejemplos de esos incidentes.

A lo largo del tiempo, la República Dominicana ha tenido su cuota de disturbios, varios de ellos por la misma razón que los acontecidos en Haití. Afortunadamente, desde hace algunos años la inflación ha dejado de estar entre los cinco principales motivos de inquietud social, situación que se debe al control ejercido por el Banco Central sobre las variables macroeconómicas.

Gustavo Volmar