Unos y los otros

Al descenso en los precios de los bienes básicos se le atribuye el giro hacia la derecha ocurrido en países latinoamericanos como Argentina, Perú y Brasil. Hasta en Ecuador las elecciones fueron mucho más reñidas, teniendo que celebrarse una segunda vuelta por primera vez en años.

La explicación del cambio dice que en los años de altos precios los gobiernos de izquierda financiaron generosos programas sociales con los ingresos que estaban recibiendo, aparte de aumentar también su deuda externa en base a que su crecimiento económico y la solidez de sus monedas eran atractivos para los inversionistas. Una vez terminada la bonanza, cayeron los ingresos, las monedas se debilitaron, subió la inflación y fue necesario recortar los subsidios e inversiones. El resultante descontento popular, continúa ese razonamiento, mermó el apoyo a la izquierda y abrió el camino a las fuerzas conservadoras.

Pero ocurre que en Europa muchos partidos de izquierda también han retrocedido, lo que no puede atribuirse al menor precio de los bienes básicos, pues la disminución más bien favorece a la mayor parte de las economías europeas. En países como el Reino Unido, España, Polonia y Hungría gobiernan los conservadores. Aún en Holanda, donde perdió terreno la extrema derecha, los izquierdistas quedaron muy rezagados. Y en Francia los socialistas, el partido de gobierno, ni siquiera fueron capaces de llegar a la segunda vuelta, quedando ésta entre el centro-derecha y la extrema derecha.

No parece existir, por lo tanto, una explicación única y sencilla para todos los giros a la derecha, lo que a su vez implica que la afinidad entre los gobiernos conservadores puede ser bastante reducida. En efecto, si unos llegan al poder por causa de la reducción de ingresos, y otros por el nacionalismo, el rechazo a la inmigración, o la oposición al libre comercio, las prioridades serán diferentes y los objetivos pueden ser antagónicos.

Gustavo Volmar