República Dominicana está perdiendo tierras agrícolas a un ritmo “muy preocupante”
Viceministro advierte problemática afecta la competitividad y productividad del país y genera un flujo migratorio desde zonas rurales a centros urbanos
República Dominicana está perdiendo suelos de vocación agrícola a un ritmo “muy preocupante”, lo que termina afectando su competitividad, productividad y le hace más dependiente de procesos de importación para suplir la demanda interna de alimentos.
La advertencia corresponde al viceministro de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Regional, Domingo Matías, quien afirmó que la pérdida de espacios para la producción agrícola genera también un flujo migratorio desde las zonas rurales a los centros urbanos.
“Si no hay tierras agrícolas, que es la base del desarrollo a nivel rural, entonces la gente se localiza en suelos de carácter urbano. Eso debe pararse en República Dominicana”, declaró Matías.
El proyecto de Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, Uso de Suelo y Asentamiento Humano, que tiene más de ocho años circulando en el Congreso, pondría fin a esa problemática, limitando las construcciones con el establecimiento de límites y clasificación de los suelos.
La ley, una vez aprobada, conducirá a que los gobiernos locales, en su plan de ordenamiento territorial, dispongan los límites urbanos fuera de los cuales no será posible la construcción de infraestructura de ninguna naturaleza, explicó.
“¿Se pueden construir industrias en zonas agropecuarias? No. Ahora, tu puedes clasificar un suelo mixto, agroindustrial; la agricultura puede convivir con la industria, pero regulada. Es complejo el asunto, pero la ley va a ayudar a que se superen esos déficits que hay producto del uso discreción de la tierra en el país”, aseguró.
El presidente de la Federación Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz), José Mauricio María, denunció que la pérdida de suelo para la producción de alimentos está ocurriendo en todas las zonas suburbanas del país.
“Por ejemplo, el caso Moca, que es suelo clase uno (...): agencias de vehículos y urbanizaciones. Yo creo que llegó el momento de regular la tierra con vocación agrícola intensiva. Si te vas a Bonao, en la zona de la autopista (Duarte), de vocación arrocera, está pasando lo mismo: construcciones para naves que pudieran estar en otro lugar menos demandado para la agricultura”, criticó.
María calificó la situación como de “alta preocupación” para quienes viven del campo y para la producción de alimentos del país, planteando que se debe trabajar con la zonificación de los cultivos y delimitar las áreas.
“Si esto no se detiene, cada día habrá más limitaciones para sembrar. Se debe empezar a concienciar y de que alguien regule eso porque esto está pasando en el país entero: en Cotui, en San Francisco, en todos los pueblos...”, reveló.
El viceministro indicó que los asentamientos humanos en tierras agrícolas le generan más beneficios a quien invierte en el desarrollo urbano que a quienes apuestan al desarrollo agrícola.
Colapso del tránsito
“Hasta que no lleguemos a la colectivización del transporte aquí habrá un colapso permanente del tránsito. La ley (de ordenamiento) tendrá lineamientos para la movilidad urbana, pero tampoco hay que esperar la legislación para regularla porque esto tiene que ver mucho con la planificación territorial”, manifestó Domingo Matías.
Consultado sobre si Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, Uso de Suelo y Asentamiento Humano tendría un capítulo sobre la movilidad urbana, el funcionario consideró que el tránsito y la movilidad urbana se deben planificar en función del crecimiento de la ciudad.
Sostuvo que la legislación dará la potestad a las alcaldías para determinar dónde se construye, cómo y cuándo.
“Ya no podemos seguir dejando que abiertamente los sectores inmobiliarios o la autoconstrucción se hagan de manera discrecional, la ley busca la regularización. Tú no puedes a una urbanización pequeña introducirle 300 apartamentos, que van a producir una carga vehicular brutal a ese entorno”, agregó Matías.
Señaló que hay asentamientos que no resisten una vivienda más, al tiempo de criticar la ampliación de la densificación en el Distrito Nacional, lo que advirtió tiene un impacto en el agua potable, la salud, los residuos sólidos y las vías.