La inteligencia emocional, clave para tener éxito en el trabajo

Todos, en algún momento de la vida laboral, hemos tenido o tendremos un “mal jefe” que nos provocará -en el menos negativo de los escenarios- algunos disgustos. Como si se tratara de una enfermedad empresarial, el profesor Josep Maria Galí se dedicó a estudiar las “disfunciones directivas que provocan un impacto muy profundo sobre la dinámica social de la compañía y al final sobre la calidad de sus recursos humanos”.

De esta investigación salió el libro “Los Malos Jefes: Cómo progresar a pesar de ellos utilizando la inteligencia emocional”, escrito junto a Albert Alegre Roselló. Los tipos de “Malos Jefes” definidos en esta publicación son el ausente, el omnipresente, el protector, el frívolo y el perverso.

Galí sostiene que “la inteligencia emocional como recurso, tanto del jefe como del empleado, es fundamental para hacer una cosa que le pone aceite al motor emocional de la compañía, que es la capacidad de reconocer cosas y además ser capaz primero de verlo, después racionalizarlo, y después tomar acciones”.

Es decir, con la inteligencia emocional se puede comprender dónde está el problema para que un “mal jefe” no mine la autoestima, lo que afectaría más la competitividad y el bienestar del empleado.

En algunos casos, luego de reconocer el problema y racionalizarlo, podría llegarse a una solución mediante la comunicación. Sin embargo, “no todo el mundo sobrevive en los mismos ecosistemas psicológicos, la gente aguanta lo que aguanta, o se adapta o no se adapta, pero esto condiciona al final los resultados de la empresa y este lazo que está mediado por la calidad de los recursos humanos”, afirma Galí.

Diario Libre

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