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Aquí crece la biblioteca del futuro

El lento alumbramiento de la “biblioteca del futuro” confirma el gusto de los noruegos por la lentitud. El país nórdico, campeón de la “Slow TV”, acoge la Reserva Mundial de Semillas, una especia de Arca de Noé vegetal destinada a preservar la diversidad genética de eventuales catástrofes futuras. Gracias a su petróleo, también amasó el mayor fondo soberano del mundo, oficialmente destinado a las generaciones futuras...

La idea de la biblioteca nació en la imaginación de la artista escocesa Katie Paterson y se pudo materializar gracias a un encuentro con promotores inmobiliarios noruegos en busca de un proyecto cultural.

“Espero que los autores de hoy y de las próximas décadas digan algo de su época”, explica Paterson. “Creo que será interesante para quienes puedan leer las obras dentro de cien años porque podrán meditar remontando el tiempo. Porque, dentro de cien años ¿quién sabe cómo será la civilización?”.

Voto de confianza

¿Se leerán todavía libros en 2114? ¿Habrá aún imprentas para poder ponerlos en papel? La “biblioteca del futuro” es “un voto de confianza en el futuro de la cultura”, subrayaba David Mitchell el año pasado.

“Umberto Eco decía que la forma del libro no se puede mejorar. Es como la rueda, no es perfectible”, dice Paterson. “Pero, por supuesto, la tecnología avanza tan rápido que vamos hacia lo desconocido: hoy hablamos de libros electrónicos pero ignoramos totalmente qué forma tomarán después los libros. Podría ser algo inimaginable. Tal vez entonces los libros de papel sean una antigüedad, o tal vez sean la norma. El futuro decidirá”, agrega.

Pagando 800 libras esterlinas (unos 1.000 dólares), los bibliófilos más ávidos ya pueden comprar un certificado que da derecho a unos de los 1.000 ejemplares de la antología que serán publicados. Y esperando ese momento, los manuscritos se guardarán en una sala especial de la biblioteca pública de Oslo, que se instalará en un nuevo local en 2020.

“Si hubiésemos tenido que hacer una evaluación de riesgos de esta obra cultural, nunca habría visto la luz”, sonríe Anne Beate Hovind, responsable del proyecto y presidenta del comité de selección de escritores. “Pero hoy rivalizamos con los Nobel”.

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