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¡Gracias!

Si la única oración que dices en tu vida es “gracias”, esta será suficiente. [Meister Ekhart]

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¡Gracias!

Si la única oración que dices en tu vida es “gracias”, esta será suficiente. [Meister Ekhart]

La gratitud es el reconocimiento y la estimación de un beneficio que se recibe. Su poder radica en que nos conecta con la vida –que es el primer y más grande regalo que recibimos–. Sentir agradecimiento también es un hábito, puedo incorporarlo a mi diario vivir y practicarlo de manera consciente. Puedo convertir la gratitud en un estilo de vida. Lo transcendente de esto es que para sentirla necesito prestar atención a mi presente, preciso reconocer lo que sí tengo en vez de enfocarme en lo que me falta. Esto, a su vez, me conecta con lo que soy, con la gente que me rodea y con todo lo que hay en mi entorno.

Alguna vez leí que “la gratitud es una respuesta gozosa” a la experiencia de recibir. Entonces, con ella también puedo aprender a tomar lo se me da. Me hago consciente de todo lo que merezco. Esto refuerza mi autovaloración y mi fortaleza, lo que inevitablemente tiene como efecto atraer más bendiciones hacia mí. Sentir gratitud es apreciar mi vida y todo lo que hay en ella; es estar en paz con lo que es, tal como es, porque puedo ver la bendición que trae. De hecho, es cuando las cosas no van como las quiero que la gratitud es más beneficiosa. Decir “gracias” en voz alta (o respirar diciendo gracias al exhalar lentamente) es una especie de mantra que ayuda a calmar nuestras emociones. Al repetir y centrarme en el sonido de esa palabra, pongo distancia entre la situación y yo, y puedo verla desde una perspectiva distinta.

Wayne Dyer decía que lo primero que hacía al levantarse era decir “gracias”. Una maestra me motivó a tener una libreta para anotar cada día mis tesoros recibidos. En momentos de flaqueza, voy a esas páginas y reconozco mi abundancia. ¡Hay tanto por lo que sentir gratitud!

Haz una lista de las cosas que te gustan de tu vida, de tu casa, de la gente que te rodea, de tu trabajo, de la naturaleza... Cada día anota algo, aunque te parezca pequeño o insignificante. Pronto te darás cuenta de que recibes más de lo que crees. Aun en aquellas situaciones que te parecen negativas hay un regalo: alguien que te tiende una mano, una amiga que te escucha, una puerta que se abre, o simplemente una oportunidad que “el obstáculo” te da para crecer y ser más sabia.

Agradece tu existencia ante todo y el maravilloso funcionamiento de tu cuerpo. Agradécete a ti misma por tu fortaleza para salir a la vida día tras día. Retribúyete cuidando tu mente y tu cuerpo. Agradece lo espléndido del universo que te acoge. Con las personas que te sirven no te guardes el agradecimiento, en cuanto te sea posible exprésales tu gratitud por hacer que tu vida sea más llevadera, por beneficiarte o mejorar tu situación. Y cuando digas “gracias” ponle fuerza y significado desde tu corazón.

¿Qué sentirías si comenzaras a hacerte consciente del tesoro que hay en cada persona, situación o experiencia que llega a tu vida?