Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Música
Música

Covi Quintana, sueños tejidos entre melodías

Expandir imagen
Covi Quintana, sueños tejidos entre melodías
Fotos: Fuente externa

Veinticinco años. Dueña de un estilo que se mueve al ritmo de las olas de un mar Caribe con sabor a agua de coco y tortilla española. Dice que antes de ser cantautora es soñadora. Los años le han enseñado el valor de pasar tiempo con la familia y a tener seguridad en sí misma, de lo que vale, de quién es. La chica que siempre va en tenis, ahora un poco más ligera de ropa, la que se inspira en un balconcito de su casa mientras todos duermen, y le prepara el café a su madre con tres tostadas, está lista para presentar su nuevo disco que, después de un año de trabajo, verá la luz este próximo mes de agosto.

Un año preparando el disco que sale ahora en agosto...

Sí, ha sido un año que lo pasé bien, pero fue de muchas bajas. No sabía dónde iba a parar con este disco, pero me centré bastante, tuve mucha paciencia, algo muy importante en esta industria. Y tiré pa’ lante. El disco tiene un resultado que a todo el mundo le va a sorprender.

¿Por qué dices que tuviste bajas? ¿Qué pasó?

Empecé súper emocionada. Iniciamos grabando demos de 22 canciones. De ahí elegimos las 13 mejores. Una producción con tres amigos que han crecido conmigo y me han acompañado desde mis inicios. Pero cuando terminamos la producción de las canciones, no las sentía. Digo siempre que cuando muevo el hombro con las canciones es que las cosas van bien... y las escuchaba, y decía: “son mis canciones y no las estoy sintiendo. Y si no lo hago, nadie más las va a sentir”. Ahí me dio un bajón y fue como ‘señores, tenemos que empezar a trabajarlas otra vez. Vamos a darle un twist a esto, vamos a actuar un poquito con el corazón y no tan comercial”. Fue lo que pasó. A partir de ahí todo fue fluyendo. Pero fue un año. Un disco no dura tanto en hacerse, y lo mío fue extenso, muy extenso.

He notado que eres una artista que se preocupa mucho por cuidar su esencia. Este disco estaba tomando un rumbo distinto al que has tratado siempre de mantener...

Sí. Se estaban olvidando mis guitarras, esa esencia del Caribe que tengo, aunque no se me note. Era lo que yo quería, captar: ese latino, ese españoleado que viene de mi familia, pero estaba muy electrónico, muy comercial y al final no era eso.

¿Prefieres mantener “eso” independientemente de que no te haga “comercial”?

Eso es lo que hace a Covi: cuando empieza el ukelele, las guitarras, esas melodías pegajosas que pueden sonar muy comercial pero no es tan comercial como lo que estamos escuchando hoy en día. Eso es innegociable para mí.

¿Qué no negocias?

Mis guitarras. Yo escribo con una guitarra, mis canciones nacen de una guitarra, y estoy de acuerdo en que hay que fusionar metiendo unos pianos, cosas comerciales que hacen que la gente lo recuerde más, pero mi esencia es innegociable para mí.

¿Qué no harías a cambio del éxito?

Lo que no haría para volverme como los otros: mostrar atributos que ni siquiera tengo, pararme en una tarima a moverme indebidamente... Creo que no es necesario. Mi música habla por mí y son las cosas que me pasan que yo cuento, son mis inventos, y la gente entra en esos inventos y los hace suyos. Eso es lo bonito de lo que ha pasado en mi trayectoria, que lo que canto la gente lo hace suyo.

Hay una transición de la Covi de hace unos años... y eso se nota en todo, incluyendo la imagen...

Pero es algo personal, no es nada musical. Simplemente me siento mejor. Más confiada, segura. Antes salía a cantar y era como: “ojalá les guste”. Ahora voy atrevida, diciéndoles: “Sé que te va a encantar. Escúchalo”. Antes no me pasaba eso, inclusive lo demostraba en mi cuerpo: me ponía chaquetas, pantalones... estaba todo el tiempo cubierta. Y creo que mostrar un poquito la barriga no es entrar en lo sexual. Hay una línea muy fina entre lo sexual y lo sensual. Covi es esa línea.

¿Y qué pasó? ¿Qué hizo que Covi cambiara?

Bueno, bajé un par de libritas. Llega el amor de vez en cuando... se va, vuelve...

¿Está?

Está, está... creo que se me nota bastante: como canto, como me visto, siempre estoy muy contenta. Aunque siempre estoy contenta, es algo de Covi... Me da mucha risa hablar de Covi en tercera persona... ¿Sabes que mi nombre no es Covi?

Bueno, sí... pero la verdad es que no sé cuál es...

Estefanía Covadonga (apellidos: Ruiz Quintana), y de mi segundo nombre es que sale Covi. En mi casa siempre me han dicho Covi, Covina... pa’ lo boche me dicen Covadonga... Pero sí (volviendo al tema), creo que fue una serie de cosas: rebajar, llegó el amor, sentirme más segura, rodearme de amigos que me sumaban. Eso es muy importante para mí. Hay personas que se van porque llega el tiempo de caducidad, pero te enseñan muchísimas cosas, las pones en práctica y te sigue dando más seguridad, poniéndote más bonita... y te sigue haciendo una mejor persona, más humana, que es lo que definiría que es Covi ahora mismo... más humana.

Expandir imagen
Infografía

¿El disco tiene esa humanidad?

¡Totalmente! Y cada canción es diferente. Lo quise armar como un Rubik cube. Sabes que para armarlo deben estar todas las piezas iguales. El mío no está armado. Lo empecé a armar con este disco, en el que fui metiendo percusiones, un poquito de electrónico, y fui construyendo mi propio Rubik cube con mis conceptos. Mi disco tiene seis colores, igual que el Rubik cube, y seis caras. Cada color representa un estado de ánimo y cada canción tiene su color. La gente va a escuchar lo que quiera según su estado de ánimo.

¿En el tiempo que tienes como artista podrías decir que eres profeta en tu tierra?

No lo soy. Y muchos no lo son. Hay muchos artistas con talento a los que nos ha costado. Aunque hemos tenido mucha suerte porque nos han apoyado tanto las marcas como los medios de comunicación, pero tenemos un público muy limitado, que pudiera ser mucho más, pero... creo que tendremos que empezar a menear “la chapa” para que funcione.

Vicente García es un ejemplo de que hay que irse para que te reconozcan...

Y es lo que Covi también va a hacer.

¿Covi se va?

Claro que sí. Con este nuevo disco sueno más en los mercados internacionales, con conciertos, showcases, llevando mi música a los medios, diciendo: “Soy Covi, soy dominicana y esto es lo que pasa también en mi país”.

¿A dónde vas?

Me escuchan mucho en Perú, en Colombia, en Santiago de Chile, en España: Madrid y Barcelona, sobre todo. Estos son los mercados que vamos a tocar. Vamos a Colombia en mayo para dar una primera pincelada de los primeros sencillos, porque todavía el disco no estará lanzado. A Perú es posible que a finales de año. Y vuelvo a Costa Rica para colaborar con fundaciones en un Teletón.

Hablas de que te vas, pero no es que te vas a vivir fuera...

No, voy tocando puertas. Este es mi país. Tampoco tengo los recursos para soltar todo.

¿Alguna colaboración con artistas?

Sí, quiero colaborar con muchos artistas, no solo de fuera sino también de mi país. Hay una propuesta muy bonita de nuevos cantautores: Pamel, Techy, Richie, Nathalie... Debemos unirnos y lo estamos haciendo. Y eso se va a reflejar mucho este año.

Hemos hablado de conciertos internacionales, ¿y aquí?

Haremos una gira en mayo, dando una primera pincelada del disco nuevo. Quiero que la gente escuche las canciones a guitarra, como nacieron. Que sea una experiencia más cercana, más íntima. El concierto grande viene en septiembre con el lanzamiento del disco.

¿El público te ha sabido leer como artista?

Por completo. Hay personas que se van por otro lado, que dicen que no saben de qué es que “privo”... comentarios siempre habrá y no me importa, por el contrario, me encanta que me lo digan porque así sé lo que realmente piensan de mí.

¿Qué es lo que no se dice de esta industria que sigue siendo liderada por hombres?

Es machista, y de eso me he dado cuenta en los conciertos. El hombre no se para a grabar cuando es una artista femenina. Si es un artista masculino están de pie, grabando. Si no es una chica que “se está rompiendo de buena”, que está enseñando y bailando, no se paran.

TEMAS -