Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
general

Farid Dieck, desde la perspectiva del cambio

La vida no siempre nos sale como queremos y eso no significa que esté mal. De hecho, de esos cambios inesperados pueden guardarse aprendizajes muy valiosos. De eso, de su vida y las experiencias, conversamos con Farid Dieck, un joven que ha sabido sacarle provecho a la vida.

Querías ser músico pero no fue posible. ¿Qué pasó en ese camino?

Estudié música, soy productor musical. Tengo 24 años. En algún punto de mi vida quise ser productor, incluso tuve un estudio de grabación a los 16 años. Y sucedió algo, que prefiero no adelantar porque es un tema que toco en la conferencia, pero fue un detonante que cambió completamente mi camino y tuve que dejar la música por lo mismo. Emprendí un camino, una aventura de descubrimiento de sentido y, finalmente, después de unos tres años de vivir problemas, de buscar y descubrir, pude reconciliarme con la música cinco años después de haberla dejado, en este proyecto al que ahora me dedico, que es la creación de contenido positivo de una manera artística audiovisual.

¿Es la música que se escucha en tus publicaciones?

Sí, la música está producida y compuesta originalmente para el contenido. De hecho, en mis presentaciones en vivo recito mis reflexiones con la música compuesta, las recito en vivo. Es una experiencia bastante integral y llena de emociones.

Y esa ruptura que mencionas, ¿fue dolorosa, te viste obligado a hacerlo?

Pues realmente no. No fue algo a lo que me vi obligado, sino totalmente voluntario. En la vida cualquier decisión que tomas tiene su costo, nada en la vida es gratis. Y finalmente tomé la decisión de emprender este nuevo camino plenamente consciente del costo que tenía, que era dejar una de mis pasiones. Sabía al mismo tiempo que, a final de cuentas, el universo conspira con el esfuerzo de uno para que termines encontrando lo que estás buscando o que ya no te interese lo que no encuentras.

¿Cuál fue la chispa que provocó que se encendiera este deseo tuyo por ser conferencista motivacional y emprendedor social?

No fue algo que haya buscado, fue algo que se fue dando. Empecé como hobbie el querer compartir algunas de las lecciones de vida que he aprendido, con proyectos, con experiencias que he vivido, de una forma artística con la intención de que, quizá, alguien que estuviera por el mismo camino o hubiera vivido cosas similares se empatizara con alguna de estas perspectivas o lecciones, y las pudiera aplicar en su día a día. Y, poco a poco, la gente me empezó a buscar para dar charlas, y me dije: ‘¿por qué no hacerlo también en persona?’. Así comenzó todo. Además estoy descubriendo nuevas maneras de expresarme en vivo, agregando todas nuestras cuestiones artísticas también en mis presentaciones. Ya prácticamente me dedico de lleno a todo esto.

Dices que tus conferencias y charlas son acerca de tus experiencias y lecciones de vida, y eres muy joven. ¿Qué has tenido que vivir en estos años?

Todos nos enriquecemos de todo. Está dentro de la humildad saber discernir que una persona sí te puede enseñar algo. Realmente no se trata de cantidad sino de calidad. En cualquier cosa en la vida, cualquier perspectiva, siempre la calidad será mayor. No se trata de cuánto tiempo has vivido, sino lo que has vivido. Personas de 13 años pueden enseñar lecciones muy grandes por sus roles vividos. Digo, tampoco promuevo que lo que yo haya vivido haya sido más, menos o igual de fuerte que lo de alguien más. Pero sí creo firmemente que las perspectivas que una persona le da a cualquier experiencia vivida se pueden compartir y adaptar a cualquier realidad y contexto. Y eso es lo que hago. Si a la gente le ayuda y le aporta, buenísimo. Y si no, pues ni modo.

Ante una realidad social, en la que todo lo que vemos en el mundo está en crisis: económica, por la violencia, las guerras... y en tu experiencia, ¿por qué necesitan las personas ser motivadas?

Cada etapa y cada generación en la historia ha tenido sus focos principales. Y creo que el de esta generación es la del sentido. Hace falta encontrarle un sentido a lo que hacemos, a nuestra vida, a nuestro trabajo... porque va a ser como nuestra ancla para vivir. Y con tantas singularidades que nos ha tocado vivir, como el hecho de conseguir información sobre lo que está pasando en solo segundos, o todas estas tecnologías y nuevas singularidades que han cambiado el comportamiento humano, a fin de cuentas todo cambio genera sus respectivos nuevos problemas. Entonces el problema que se ha derivado es la pérdida de sentido. Hay tanta información, tantos estilos de vida, con tanto alcance en nuestras manos, que terminamos por perdernos a nosotros mismos y nuestro sentido de vida.

Conversando con personas de otros países, jóvenes, ¿con qué te encuentras? Estamos en la búsqueda de pertenecer a algo, de una identidad que al final de cuentas es lo que nos da sentido. Y encuentro mucha ansiedad, desesperación por querer las cosas rápido, que es una consecuencia de lo que vivimos: somos una generación acostumbrada a tener todo rápido, se nos llama la rush era. Como todo lo queremos tan rápido, estamos perdiendo el valor del tiempo... hay ciertas cosas en la vida que requieren tiempo y esfuerzo. El hecho de que no lo consigas tan rápido como lo esperabas no significa que no lo vas a poder conseguir. Se necesita recuperar ese valor del tiempo y el esfuerzo, el valor de la paciencia, porque la ansiedad es una enfermedad que ha incrementado, afectando principalmente a jóvenes en las universidades. Son cosas de las que debemos estar conscientes y necesitamos retomar.

¿A ti qué te motiva Farid?

Puede que se escuche raro, pero a mí me motiva la muerte. El hecho de saber que voy a morir me motiva a trascender a la muerte.

¿Y no te da miedo?

Pues es inevitable, pero lo acepto. Y una vez que lo aceptas, te desprendes de ello. Y tratándose de algo que es inevitable, no debería ser tan difícil aceptarlo. También puede ser algo bello el hecho de que ya terminó mi tiempo aquí, dejé este legado y ahora me toca descansar. Depende del cristal con el que mires, puede ser horrible o terriblemente bello.

En tus charlas hablas mucho de aprender de los errores. ¿De qué errores has tenido que aprender?

Crecí en un ambiente en donde se me enseñó a estigmatizar el concepto “equivocarse”, debíamos tener miedo a eso. Desde el sistema educativo en el que me desenvolví, de tenerle pavor a responder una pregunta mal, eso al final tiene un impacto en todas las decisiones de mi vida. Y cuando fui creciendo e intentando proyectos de emprendimiento, donde inevitablemente tiene que haber errores porque estás haciendo cosas que nunca has hecho antes, te das cuenta de para qué están sucediendo las cosas en realidad. Tus errores tienen una trascendencia. Te das cuenta en algún momento de tu vida de que te sirvieron para este nuevo proyecto que estás haciendo. Los errores son una prueba de que estás intentando hacer las cosas de forma diferente y un paso adelante para saber cómo sí hacer las cosas. Realmente, equivocarse es una forma de acertar, de hacer lo correcto, pero con una restricción: si vamos a cometer errores, que sean nuevos, no los mismos, porque sería contradictorio decir que estamos aprendiendo si estamos caemos en los mismos errores.

¿De qué trata la conferencia que traes al país?

De la causalidad de lo que vivimos. Cada persona es una suma de las experiencias, tanto buenas como malas. Cada situación que esa persona vive, aunque sea insignificante, suma para hacer posible otra cosa más. Y bajo esa premisa comparto ciertas experiencias que, desde hace tiempo y hasta la fecha, se fueron sumando y conectando. Y que las lecciones que me dejaron algunos hechos del pasado, se hicieron presentes en otras de futuro.

Un libro, proyectos sociales, conferencias por varios países. ¿Qué sigue?

Sería irresponsable decir qué estaría haciendo en cierto tiempo, porque si algo he aprendido es que uno planifica y el Universo se ríe. Pero lo que sí es que seguiré haciendo proyectos con un impacto social tangible. Me gusta utilizar mi influencia y mi alcance para generar impactos positivos en la sociedad. Quiero escribir un nuevo libro, seguir haciendo música y poder llevar este show con mi orquesta en vivo sería mi ideal. Espero que estos planes no cambien.

“Miedo por sueños”

Este es el nombre de la conferencia que trae el próximo 10 de mayo el conferencista y emprendedor social de origen mexicano, Farid Dieck, de la mano de Hey! Ideas que inspiran, a beneficio de la Fundación Rodi. Lugar: Escenario 360. Hora: 7:00 p.m.