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Guía para consolidar tus deudas (1 de 3)

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Guía para consolidar tus deudas (1 de 3)

Por Alejandro Fernández W.

Analista financiero

La consolidación de deudas es una de las herramientas más populares para encarar los “líos” que se acumulan por el uso (y abuso) del dinero plástico y otros créditos revolventes de fácil acceso para el usuario.

“Consolidar” no es más que unificar dos o más deudas en una sola. Como las tasas de interés de las deudas a consolidar típicamente son altas, como 60% del dinero plástico o 240% del usurero, hay un ahorro financiero importante que bien podría beneficiar al deudor.

Imaginemos que Ana tiene dos tarjetas con saldos de RD$50 mil cada una y que solo le pague el “mínimo”. Tiene además un compromiso al “módico 20%” de RD$100 mil, al que le paga solo interés.

En su primer año, Ana pagará RD$300 mil en intereses... Es decir, pagará RD$25 mil al mes... ¡Y seguirá debiendo los mismitos RD$200 mil que los generaron!

Alternativamente, la deudora podría acceder a un préstamo al 18% anual para consolidar las tres deudas, combinándolas en un solo pagaré de RD$200 mil.

En vez de pagar RD$25 mil mensual, encarará una cuota, ahora de principal e interés, de RD$18 mil. Si las honra a tiempo, en 12 meses habrá amortizado toda la deuda y en vez de pagar RD$300 mil en intereses, erogará solo RD$20 mil. ¡En total! Un ahorro, en otras palabras, de RD$280 mil en solo un año.

Algunos preguntarán: Tanta belleza... ¿Es posible? Si, lo es. La consolidación es un producto comúnmente ofertado por las instituciones financieras del país.

La belleza también puede terminar en una obra de terror, si antes no respondemos una serie de necesarias preguntas, modificamos algunos comportamientos financieros y mejoramos, en general, nuestra relación con las deudas.

Compartiremos en esta guía doce aspectos claves a considerar antes, durante y después de consolidar tus deudas.

Las ventajas de consolidar

Aparte del evidente ahorro en intereses a pagar, transformar una deuda revolvente (que solo abona interés) a una “a plazo”, que amortiza también capital, permite visualizar una fecha máxima en la que se terminará de saldar el pagaré.

La unificación también puede ayudar a organizar al deudor. Ana, en vez de tener tres acreedores con tres fechas de pago potencialmente distintas, ahora simplificará su vida con un solo compromiso.

Cabe decir que el proceso de consolidación, obviamente que dependiendo de la situación del deudor y sus finanzas, es relativamente rápido y sencillo.

Costos y riesgos al unificar deudas

Si el deudor no se prepara como recomendaremos en esta guía, podría estar arriesgando su propia salud financiera y patrimonial, más allá del daño ya hecho.

Como mínimo, al momento de consolidar, un banco exigirá la firma de un contrato con pagaré notarial contrato, seguro que con un aval o garantía específica.

Los beneficios de la consolidación bien podrían justificar formalizar las deudas de esta forma. ¡Siempre y cuando se paguen y honren cabalmente!

En otras palabras, el deudor debe saber que si incumple, ahora está arriesgando no solamente su historial de crédito, sino también las propiedades dadas en garantía y otras, como sus cuentas bancarias.

Atención: El mayor riesgo no es dejar de pagar los compromisos consolidados. Más bien preocupa que se sigan asumiendo nuevos compromisos, quizás porque se mantenga un patrón de consumo desordenado, engendrando una monstruosa “bola de nieve” de deudas.

Ojalá que quien vaya a consolidar sus compromisos no subestime el riesgo de dejarse llevar por la espiral de más consumos y por ende nuevas deudas. Si lo hace, más cara saldrá la sal que el chivo.

¿Existen alternativas a consolidar?

Volvamos a Ana y sus saldos “tarjeteros” de RD$100,000. Si opta por consolidar, al 18% pero a cinco años, pagará una cuota mensual de RD$3 mil y alrededor de RD$53 mil en intereses totales.

Cabe preguntarse si Ana fuera capaz de imponerse, por su propia cuenta, durante un año, un plan de austeridad que le permita enfocarse para realizar pagos mensuales de RD$11 mil, obvio que sin hacer nuevos consumos en sus plásticos.

De lograrlo, en vez de asumir una deuda por sesenta meses y comprometer todos sus activos, pagaría solo RD$35 mil en intereses (un ahorro de RD$15 mil comparada con la consolidación).

Claro, no es cualquier persona con la disciplina y autocontrol que le requerimos a Ana en el ejemplo, pero es válido hacer el análisis. Quizás no para todas las deudas, pero si para algunas de ellas.

El deudor también podría solicitarle al banco emisor de la tarjeta de crédito que la cancele y ponga la misma en liquidación o bajo un plan de pago.

Aunque bien podría lograrse una reducción significativa en el costo del financiamiento y es, obviamente, preferible a la mora o dejar de pagar, ojalá se evitará esta alternativa. ¿Por qué?

Además de que potencialmente se tendrían que manejar varios planes de pago, dicho cambio implica, en lenguaje bancario, una “reestructuración en las condiciones originalmente pactadas”.

A diferencia de una consolidación programada de deudas, un acuerdo de pago se reflejará negativamente durante un tiempo en el historial del deudor, incluso en su puntaje o “score” de crédito.

Así que mejor una consolidación a un acuerdo de pago, aunque este siempre (¡siempre!) será mejor a una mora.