Cuerpo sano, mente sana
María Isabel Ferreras
Verse “bien” es una cosa, estarlo es otra totalmente diferente. Para vivir una vida plena, saludable y estable la yogui Victoria Brunacci nos revela todos los secretos para que el yoga se convierta en tu mejor opción.
Una nube gris te persigue, el peso marca el mismo número, tu humor es sinónimo de Hulk. Tus amigos te ven bien, la ropa está impecable, pero tu mente está intranquila. Porque verse bien y sentirse “bien” son dos cosas totalmente diferentes. El yoga se presenta como una opción para lograr equilibrar el espíritu y el cuerpo. Y para enseñarnos todo sobre el arte de ser feliz a través del autodescubrimiento, la maestra yogui Victoria Brunacci, invitada al país para impartir hoy sábado el Yoga Master Class de Supermercados Nacional, nos cuenta todos sus secretos.
Una ruptura amorosa la arrojó a los brazos del yoga, su maestro le dijo que jamás volvería a sufrir. Hoy es directora de de Synergy Yoga Center y Synergy Yoga Hallandale en Miami Beach. Victoria, quien describe el yoga como una ciencia que brinda paz interior, comparte los aprendizajes y beneficios de esta antigua disciplina:
Una nube gris te persigue, el peso marca el mismo número, tu humor es sinónimo de Hulk. Tus amigos te ven bien, la ropa está impecable, pero tu mente está intranquila. Porque verse bien y sentirse “bien” son dos cosas totalmente diferentes. El yoga se presenta como una opción para lograr equilibrar el espíritu y el cuerpo. Y para enseñarnos todo sobre el arte de ser feliz a través del autodescubrimiento, la maestra yogui Victoria Brunacci, invitada al país para impartir hoy sábado el Yoga Master Class de Supermercados Nacional, nos cuenta todos sus secretos.
Una ruptura amorosa la arrojó a los brazos del yoga, su maestro le dijo que jamás volvería a sufrir. Hoy es directora de de Synergy Yoga Center y Synergy Yoga Hallandale en Miami Beach. Victoria, quien describe el yoga como una ciencia que brinda paz interior, comparte los aprendizajes y beneficios de esta antigua disciplina:
Sus valores terapéuticos
1 El desapego. Aprender a reconocer que eres un ser completo es una de las principales enseñanzas. Que el mundo no se te venga arriba si alguien falta, no te deprimas si pierdes a tu mascota. Admite que necesitas de los demás, pero que tu vida no dependa ellos. “Somos seres individuales, llenos de luz, llenos de amor. Y eso tiene que llenar la vida, tiene que ser suficiente”.
2 Felicidad plena. No importa si la chica o el chico no te responde el mensaje de texto al instante, si no te dieron el trabajo, si no conseguiste el carro del año, porque con el yoga aprendes a ser feliz contigo mismo en el presente. Se trata de agradecer por todo lo que tienes y olvidarte de lo que te hace falta. “Tengo un techo que me cobija, tengo comida, estoy bien, estoy feliz”.
3 Compasión. La meta no es llegar primero, la meta es compartir el camino, “ser un ser humano”. Es poder promover la felicidad, gritar al mundo que eres un ente de amor, de éxito, feliz, pero no a costa del sufrimiento de los demás. El objetivo no es solo desdoblar el cuerpo, es erradicar la ira, incitar a la amabilidad.
4 Salud. El yoga es un estilo de vida que “pule el sistema inmunológico”, sube las defensas, alivia el estrés, los dolores de espalda, elimina la depresión. La práctica se acompaña con una dieta para purificar el organismo. Los yoguis son vegetarianos o veganos porque comer del dolor de un animal es una energía que, de acuerdo con Victoria, no puede proporcionar felicidad.
5 Conexión espiritual. Se trata de conectar el “ser interior con el ser supremo”. Es buscar la unión, la plenitud en un estado de paz donde el silencio es liberador y gratificante. Consiste en tener menos para tener más. Olvidar lo banal y sustituirlo por una vida repleta de valores positivos.
El yoga es una disciplina que te enseña a controlar el cuerpo, sus energías y la mente. Una actividad que requiere de práctica y constancia. Si nunca lo has realizado Victoria aconseja comenzar con un tipo de yoga fácil, de estilo terapéutico. “Y que no te dé pena si la otra persona es más flaca y hace más”. No se trata de competir sino de descubrir qué cosas puede hacer tu cuerpo con equilibrio y balance. La clave está en la disciplina y el empeño, así en unos meses te sentirás de maravilla, te habrás desprendido de los grilletes de la mente y habrás descubierto que puedes levantar el cuerpo del suelo con una sola mano.
Quién es Victoria Brunacci
La yogui forma parte de la Organización Internacional de Maestros de Yoga de Argentina, su país natal. Estudió Ashtanga Vinyasa en el Instituto de Investigación de Yoga de Sri k. Pattabhi Jois, de la India. Tiene su propio programa televisivo en español, “Destinos Yoga”. Está certificada como profesora de yoga integral con José Maureira y es especialista en Reiki nivel III. Además, es directora
de Synergy Yoga Center y Synergy Yoga Hallandal en Miami Beach.
Cuatro ríos que van al mar
El yoga tiene cuatro caminos que te llevan a la iluminación. Son las cuatro formas de yoga existentes.
1 Karma Yoga. Es el camino de la acción, de la solidaridad y el desprendimiento. Es dar sin esperar recibir nada a cambio. “No tienes que poner un pie detrás de la cabeza, solo tienes que tener en tu corazón ganas de ayudar”. El mejor ejemplo es la Madre Teresa de Calcuta.
2 Bhakti Yoga. El sendero de la devoción. Hacer todo con amor, brindando energías positivas de respeto y cariño. Es reconocer en los demás a un hermano o una hermana. “Es el yoga del amor, amor hacia las personas, los animales”.
3 Raja Yoga. El camino que practicaban los reyes en la India. Son las técnicas físicas, las técnicas de respiración, las posturas, el ayunar. Es el yoga que se practica en los centros, el que todos reconocen con mayor facilidad. Encontrarás el paraíso en la tierra a través del cuerpo.
4 Jnana. Conduce al intelecto. Es estudiar, aprender acerca de los libros antiguos. Sobre el yoga están escritos los Upanisha, los Vendanta que tienen más de 7 mil años. La lectura y el conocimiento llevan al despertar mental porque es posible iluminarse a través de la razón.
Texto por: María Isabel Ferreras
María Isabel Ferreras
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