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Parece fácil, pero no lo es

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Parece fácil, pero no lo es

¿En qué momento el diseño pasa a ser arte? Un taburete apilable es tan cotidiano que perdemos la perspectiva y no parece genial, pero detrás del diseño de un flexo, un exprimidor o una batería de cocina existe mucho más que su sentido práctico.

El diseño para el hogar ha pasado de estar en la cocina o en la sala de estar a las salas de un museo. Creaciones funcionales que pasan a ser un arte por su diseño, son secretos de un éxito que se desvelan en el libro “Cuando el diseño es un arte”, de Susie Hodge, en el que descubre 80 obras maestras del diseño y las razones de su triunfo.

Claves del éxito

“Del mobiliario a los tejidos, de los recipientes a una cámara de fotos, de la cristalería a una, aparentemente sencilla, batería de cocina, tienen detrás un estudio importante de las formas, los materiales, el confort y la funcionalidad”, explica Hodge.

Muchas de las creaciones de hace décadas siguen de plena actualidad debido a su sentido práctico. Pasaron la prueba del tiempo el imperdible de Walter Hunt, o los tarros para guardar alimentos de Le Parfait, por ejemplo. Así como taburetes, cafeteras, lámparas o jarrones.

Según la autora, lo que pretendía poner de manifiesto es un equilibrio entre inventiva y diseño, al igual que entre estética y funcionalidad.

Le Creuset ha introducido muchos avances tecnológicos desde que fabricara por primera vez su batería de cocina, sin embargo, continúa habiendo procesos originales y efectivos que se siguen empleando como, por ejemplo, forjar con arena y alisar a mano elementos que son sinónimos de calidad y resistencia en sus piezas.

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Infografía

Las cafeteras también

En un mundo en el que el diseño de las cafeteras instantáneas se amplia hasta las cápsulas que contienen el café, ¿quién se atrevería a decir que la tradicional cafetera Moka es una joya del diseño?

Pero lo cierto es que la especialista Susie Hodge así la considera, al ser capaz de filtrar café de un modo ingenioso, que desde el primer momento se podía utilizar en cualquier cocina. Un diseño de Alfonso Bialetti, en aluminio, fue la primera de uso doméstico.

El diseñador y arquitecto finlandés Alvar Aalto, creador del taburete apilable con patas en forma de L, dijo en su momento que había que trabajar por “cosas sencillas, buenas y sin ornamentos; por aquellas que están en armonía con el ser humano y orgánicamente adaptadas al hombre”.

Para él la funcionalidad era su bandera y, como se apoyaba en que el buen diseño debía ser orgánico, empleaba la madera en sus muebles en lugar de tubos de acero. Su contribución al orden en casa dio como resultado taburetes apilables sin necesidad de soportes adicionales.

Un ejercicio de imaginación

Por su parte el danés Verner Panton hizo de su silla un ejercicio de “imaginación para conseguir un entorno más excitante” y consiguió una mezcla equilibrada de contornos suaves, flexibilidad, durabilidad y ligereza.

A mediados del siglo XX, el diseñador estadounidense Russel Wright creó artículos para el hogar que reflejaban el deseo de una forma de vida relajada, donde la mesa del comedor se convirtió en el centro del hogar y el punto donde quería llevar el diseño moderno, asequible para todo el mundo. Bajo ese concepto nació su cubertería, lisa y libre de ornamentos, y la vajilla American Modern.

A pesar de las innovaciones, hay un instrumento que parece muy actual, pero lleva dos siglos en el mercado, el sacacorchos de doble palanca A1, de James Heeley, que no requería tanta fuerza como el existente y bastaba con enrroscar el tornillo por el corcho y bajar las dos palancas laterales para extraerlo.

Las transformaciones sociales dieron como resultado que la gran depresión no se instalara en la mesa y Frederick Hurten Rhead fue el imaginativo ceramista que produjo en Virginia Occidental coloridas vajillas esmaltadas llamadas Fiesta, creada en cinco colores para que el cliente las combinara. En sí no era un concepto novedoso, pero al reflejar los estilos imperantes, con formas suaves y redondeadas, no tardó en expandirse. Piezas que son iconos de la decoración sin pretenderlo, buscando su sentido útil que supieron dar en el clavo para transcender con el paso del tiempo.

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