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Medio Ambiente

Biodigestores reducen emisiones y costo de producción en granjas

Empresario destaca las ventajas de controlar emisiones; dice fue diferencia entre ser rentables o fracasar

MONTE PLATA. Luego de que Diario Libre publicara el reportaje sobre contaminación atmosférica y huella de carbono, el empresario avícola Miguel Lajara quiso presentar su modelo de finca con biodigestores como un ejemplo de que se puede realizar una actividad productiva reduciendo las emisiones.

Habla de ello con la satisfacción de quien regentea un proyecto que le genera beneficios. “La construcción del biodigestor fue la diferencia entre hacer la finca rentable o no rentable. Era un tema de vivir o morir”, dice el empresario del proyecto que con su nombre hace referencia a la comunidad que le acoge “Guanuma”, en la provincia Monte Plata.

Lajara cuenta la historia de una finca de 1,200 tareas que para el año 2012, cuando la adquirió, tenía una estructura de productividad casi colapsada, debido a la mala disposición de los desechos orgánicos y a la falta de energía eléctrica, que le obligaba a operar con “un cementerio de plantas eléctricas”.

El estiércol de la granja, compuesta en la actualidad de 350 mil gallinas ponedoras y 500 novillos de engorde, se acumulaba en el terreno y los gases que emitían enfermaban las aves al punto de que su viabilidad era menor al 50 %.

“La vida útil de una gallina en las granjas de producción y la estructura misma de la granja llevaba a que los desechos se acumularan durante las 60 semanas que dura la vida útil de la gallina y todos los desechos se iban acumulando en el fondo de la granja”, explica .

Detalla que los animales se morían porque respiraban su propio amoníaco. “Entraban cincuenta mil gallinas y al final de su vida útil apenas sobrevivían veinticinco mil, cuando en términos normales, no debe ser (la baja) de más de un cinco por ciento”.

El estiércol y el proceso digestivo del ganado doméstico fue uno de los indicadores medidos en la Tercera Comunicación Nacional para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2014-2017, un inventario de los gases de efecto invernadero (GEI) que se emiten en el país.

El estudio arroja que la fermentación entérica de las vacas emiten 133.4 gigagramos de metano, y el manejo del estiércol de las aves de corral unos 3.6 de los 8.6 gigagramos de esa actividad, medida al 2010, año referencia del inventario.

El ganado doméstico forma parte del sector Agricultura, segundo emisor entre los cuatro en que se divide la huella de carbono nacional, estimada en 36.1 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e). En primer lugar, está el sector energía con 21.1 millones de CO2e, Agricultura con 6.8 millones, residuos con 4.4 millones y procesos industriales con 1.8 millones de toneladas.

Antes y después de los biodigestores

En Guanuma hay dos biodigestores, de un total de 35 instalados en el país a través de la empresa Terralimpia Biogas Solutions. Su instalación conllevó una inversión de unos US$1.5 millones. Lajara contó con la excepción de impuestos para la importación de los equipos, apoyado en la Ley 57-07 de incentivo a la producción de energía renovable.

Pero el retorno de esa inversión la calculó Katia Linarte, coordinadora del proyecto de Biodigestores, en 2.4 años, pues les trajo varios beneficios. Hoy el empresario tiene una finca rentable que le produce unos 300 mil huevos diarios, produce energía suficiente para cubrir la demanda de las operaciones internas y para vender si el gobierno se lo permitiera.

La capacidad de generación es de 330 kilos más 120 de paneles solares. El promedio de producción energética anda entre 180 kilos dentro de las 24 horas. Las dos plantas instaladas en la finca tienen la capacidad de un mega de electricidad en potencia.

También resolvió un tema de costo. En lugar de producir energía con gasoil, a razón de 60 centavos el kilovatio/hora, ahora producen a unos 16 centavos a partir de biogás, incluyendo el mantenimiento de la planta.

Con el biodigestor también frenó las presiones de la comunidad y las autoridades ambientales, por la contaminación. Linarte indica que en las emisiones bajaron de 28, 332 metro cúbicos a 2,500 toneladas de CO2 anuales.

El biodigestor se ubica en una zona baja de la finca, de forma que los desechos orgánicos corran por gravedad y disuelto en agua. Una tubería subterránea se encarga de la recolección, desde las granjas, para depositarle en el pre-biodigestor, que funciona como filtro, explica la arquitecta Carolina Porrello, de Terralimpia.

El estiércol pasa luego al proceso de fermentación anaeróbica donde produce el gas, y el residuo o lodo que resultante pasa a una laguna de donde se extrae para ser utilizado como fertilizante para los pastos, frutales y víveres que se producen en la misma finca.

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Infografía
Sistema de biodigestor de Terralimpia. (JUSTO FÉLIX)
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