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El Naranjo, un río navegable entre una caverna en Los Haitises

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El Naranjo, un río navegable entre una caverna en Los Haitises
El río es navegable a pesar de su corta longitud (JUAN SANGIOVANNI )

SABANA DE LA MAR. El río El Naranjo, navegable a pesar de su longitud de 120 metros, nace en una caverna y puede considerarse una joya de la naturaleza en Los Haitises.

Es una de las mejores cartas de presentación de los atractivos turísticos que alberga la reserva natural en el ala Este del país.

Es una atracción digna de conocer, que permite apreciar el río más corto de la zona, de agua gélida. En una embarcación se puede llegar hasta su nacimiento, de donde el agua sale a borbollones entre las rocas.

La caverna es reservorio de murciélagos y vencejos y en sus aguas habitan especies de peces nativas, que en otros ríos y arroyos son cosas de pasado, como guabinas, dajaos, carpías, camarones y jaibas.

El nacimiento es como la cabeza de un gigante que dispensa galones de agua por su boca para recibir a la gente que visita un museo de agua cristalina, frente al mar y recostada a las rocas cálcicas en las formaciones de Los Haitises.

Frente a una ensenada, compuesta de cayos y las cristalinas aguas de la bahía de Samaná, es como un lugar extraído de un libro de fantasías.

El lugar, por su belleza y poseer una playa de arena muy fina, es usado por turistas para contraer nupcias.

La caverna que da acceso al río es como un lugar mágico, donde penetran las embarcaciones y donde se lanzan los turistas que se dejan arrastrar por la fuerte corriente de agua que sale de la gruta.

El verde bosque que cubre la gruta y que se piropea en las alturas, da un color azul turquesa al agua del corto río.

Desde la gruta se aprecia hacia afuera un río en curva, alfombrado de un lado de un grueso follaje y al extremo Este por una playita de arena de mar, color amarillo y fina.

La garganta por donde brota el agua de entre las rocas, forman una cascada sin sol, por la oscuridad reinante en el interior de la caverna.

Dentro de la caverna, en el ala este, existen bancos de rocas, que al parecer fueron diseñadas para impresionar a turistas y visitantes.

Ubicación

Esta magnífica obra, producto de la formación cálcica de Los Haitises, está a 8.35 millas náuticas, 15.53 kilómetros del embarcadero del río Caño Hondo hasta la caverna del río.

Aquí la naturaleza atrapa a los mortales, llevándolo a creer que se está en un verdadero mundo de fantasías, cuando no. Es un mundo real donde el azul turquesa del agua, el deseo de conocer dentro de la gruta el nacimiento del río y lanzarse desde las naves marinas a las corrientes de agua del río El Naranjo es puro sueño, hecho realidad.

El Naranjo es una real obra de arte de la naturaleza y escenario para que extranjeros celebren bodas.

Además del bello efecto que genera estar en sus aguas, este se ve potenciado por la calidad del agua, la cual es dulce, a pesar de la cercanía con las aguas de la bahía de Samaná.

Al lugar no se pasa una hora sin que llegue una nueva embarcación con turistas, que solo esperan penetre a la caverna, para lanzarse en picada a flotar sobre las escarchadas aguas y dejarse arrastrar por la fuerte corriente del río.

El trinar de aves, incluyendo la del mamífero murciélago incrustado en la parte superior de la caverna de El Naranjo, no cesa y obligan a turistas y visitantes escucharlos.

El goteo formó durante miles de años estalactitas y estalagmitas, que hacen atractivo el lugar.

Protección

Frente al río y el mar, en un pequeño espacio de tierra de unos 300 metros, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, construyó una caseta con guardabosques, para proteger la ensenada de pescadores inescrupulosos.

El nombre le viene por la existencia en el pasado de árboles de Naranjo, pero quedan pocos en el lugar.

Leyenda

Cuenta la leyenda que antiguamente el corto y frío río estaba reservado solo para el baño de los jeques indígenas, donde llevaban a sus hermosas mujeres a pasar el día y cocinar.

Las embarcaciones de 23 pies de eslora penetran con facilidad con turistas hasta las paredes internas del nacimiento del río. En su interior hay rocas que sirven de bancos que los turistas utilizan para selfies.

Flora y fauna

En las inmediaciones del afluente y sobre el mogote que cubre la caverna, se aprecian árboles de guaraguao, palo paloma, mara y una atractiva plantación de cocoteros, de cuyos frutos disfrutan el visitante.

En tiempo de lluvia a pesar de la corta distancia, la chorrera arrastra a los bañistas hasta el mar en una emocionante aventura.

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