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Las mujeres echan la pelea en el campo

Texto: Kirsis Díaz / Fotos y video: Pedro Bazil

En La Vega, en el norte dominicano, Margarita Pardo Gamundy se dedica a la crianza de vacas para la producción de leche. Todas tienen un nombre: Milagros, La Cachua, Estrella...

La mujer recibe al equipo de prensa a las 8:00 de la mañana en medio de un momento de tensión. Se le ve impaciente. Una de las 195 vacas de su ganado tiene una fractura en el fémur y lleva días sin levantarse. El veterinario recomienda “sacrificarla”, ella no puede contener sus lágrimas. Se le dificulta separar su aprecio por los animales en un oficio tradicionalmente “rústico”.

“Ahí hay vacas que cuando me ven, me vienen encima”, comenta la española. Hace pausas para hacer llamadas de coordinación en la finca. Se le ve liderar con determinación el grupo de campesinos -jóvenes y adultos- que atiende su ganado.

Se preocupa por el estado de sus vacas. Que reciban una alimentación de calidad, un control de saneamiento cada seis meses para evitar que se enfermen y les echa agua para que el calor no les afecte.

En las actividades agrícolas y ganaderas de República Dominicana hay 177,799 productores de los cuales el 16.3% son mujeres, por lo que de las más de 4,700,000 que hay en el país solo unas 28,981 se dedican a las labores del campo como actividad para obtener recursos monetarios. San Pedro de Macorís con un 31% y las provincias El Seibo y La Altagracia con 28.1% y 27.7%, respectivamente, son las que tienen el mayor porcentaje de mujeres productoras.

Del total de productores, 50,687 son ganaderos (dedicados a la cría de animales) y solo 5,061 de esta cifra corresponde al género femenino.

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Infografía

Margarita llegó al país en 2009 procedente de España y tras heredar de su abuelo el terreno de 723 tareas, decidió -hace dos años- dedicarse al negocio ganadero del que ha aprendido a “tropezones”.

“Si la leche la haces de buena calidad, no te pagan lo que cuesta. Cuando la llevas a los queseros, te pagan más pero se va en transporte (chofer, camioneta y gasolina). En principio me vendieron unas vacas grandes de selección y ahora me están dando problema. El saber que tienes que perder animales, estar pendiente con los cuatreros, he sufrido robo por parte del personal. Aquí tienes que ser fuerte y es lo que me falta a mí un poco”, manifestó.

Algunos ganaderos suelen tener ordeño automático y refrigerador para guardar la leche extraída de su ganado. Los trabajadores de Margarita hacen el ordeño manual y diariamente extraen 500 litros para comercializar. Vende la leche a una empresa a RD$20.50 ya que se han negado a comprarla más cara. Otros ganaderos la venden hasta RD$26 el litro.

Uno de los empleados de la productora ganadera Margarita Gamundy, siembra pasto para la alimentación del ganado.

Un empleado alimenta las vacas mientras otros dos realizan el ordeño de la tarde.

Una productora de la categoría de Margarita debe gastar unos RD$150,000 mensuales en la alimentación de sus animales. Pagar RD$1.00 por litro a una asociación para enfriamiento del líquido y utilizar una parte para el pago del personal que devenga entre RD$10,000 y RD$12,000 los fijos, y RD$500.00 los que trabajan por día.

“Mi alimentación a la vaca me está costando caro. Se suponía que el primer ordeño es para la finca y el segundo para el ganadero, pero no ha pasado. Yo con los empleados que tengo, como debo invertir en construcción, que estamos sembrando, que no tengo las maquinarias para poder avanzar y he tenido las lluvias que cuando ya tengo el dinero me retroceden, estoy todavía a trompicones. El inicio es difícil pero entiendo que los beneficios llegarán”, precisó.

Aunque no ha sido sencillo, Margarita lucha por ampliar su negocio para vender diversos productos lácteos y ternera.

“Constantemente recibo la orientación de ganaderos y sé que si tuviera la fuerza de un hombre me compro mi tractor, aro yo misma mi tierra, pero dependo de todo el mundo”, lamentó.

En el territorio nacional las actividades económicas donde las mujeres tienen mayor participación son las dedicadas al sector “Comercio” (37.1%) e “Información y comunicaciones” (35.9%).

En el campo también encuentras mujeres en la siembra -aunque son casos aislados- desarrollando funciones en la asesoría agropecuaria -por lo general ingenieras agrónomas-, como supervisoras de obreros, productoras y exportadoras. En total son unas 18,219 dedicadas a la siembra de los productos agrícolas.

Elizabeth Robles Toledo nunca pensó que se dedicaría a la agricultura. A esta abogada, de 34 años, trabajar en el campo le avergonzaba. Sin embargo, el fallecimiento de su esposo, hace cinco años, la obligó a asumir la producción de aguacate que tenía, de la que todavía se sustenta su familia. Para ello tuvo que conocer a fondo sobre el manejo del negocio.

¿Cómo es para una mujer trabajar en la agricultura?, se le pregunta.

Es muy difícil, admite. Es un área donde se necesita la fuerza del hombre -que muchas no tenemos- porque en ocasiones se deben manejar cargas pesadas. Además de los riesgos que se enfrentan caminando sola por un terreno.

Para mantener su producción en el campo, esta madre de tres adolescentes paga a un personal para que cuide la finca de 40 tareas en la que produce aguacates de diferentes variedades para exportar hacia Estados Unidos y Europa.

“Cuando eres mujer se te hace mucho más difícil porque la mayoría de los hombres trabajan su propia finca, pero yo debo tener un personal al que le pago mensual para que cuide mi cosecha. También cuando no puedo ir, envío personas a supervisar y todo eso tiene un costo y es alto”, sostuvo Toledo.

El aguacate es el cuarto rubro que más se exporta en el país. En enero de este año se exportó unas 5,362 toneladas métricas por un valor de US$7,248,515.00 siendo Estados Unidos su principal destino, seguido de Holanda y Puerto Rico.

Vista aérea de la finca de aguacate de una de las productoras.

Elizabeth desarrolla su cultivo en Pueblecito, Cambita, ubicado en la provincia San Cristóbal, donde solo 1,365 mujeres se dedican a la producción agrícola. Cuando está en tiempo de cosecha se traslada a la finca hasta con 17 hombres, a quienes prepara comida y supervisa durante el proceso de corte del producto.

Este cultivo es considerado uno de los más rentables, sin embargo las lluvias que se generan en el país no dejan de representar una gran amenaza para su producción. Los primeros cuatro años son de gastos para el productor y a partir del octavo tiene una rentabilidad de hasta RD$7,000 por tarea.

Producir aguacates tiene un costo de unos RD$5,500 por tarea al año; conseguir el dinero para la producción es otro de los desafíos que enfrentan las mujeres durante la producción.

Aunque San Cristóbal es la zona rural dominicana con mayor cantidad de mujeres, los sitios que reúnen más productoras son San Pedro de Macorís, en primer lugar, y las provincias El Seibo y La Altagracia, en segundo; en el resto del país la participación es baja.

Las mujeres trabajan con diferentes rubros y zonas a nivel nacional. En el sector bananero la ingeniera agrónoma Yeanilda Rodríguez, de 31 años, dirige un grupo de 21 obreros en una planta empacadora ubicada en Mao, Valverde, la mayoría haitianos. Cumple un horario de 8:00 a 5:00 de la tarde para sustentar a sus dos niños de 8 y 2 años. Asegura que ser mujer no ha sido una dificultad para dirigir el personal compuesto en su mayoría por hombres.

A pesar de que las mujeres reconocen que el trabajo en el campo es digno, algunas -consultadas en una encuesta de este medio- indican que lo harían para mantener a su familia si no encuentran otra opción. La razón la atribuyen a que es una labor difícil y mal remunerada.

“Muy mal pagada como la mayoría de los empleos de este país”, manifestó Shullissa Domínguez en un sondeo realizado por este medio en el que se preguntó a las mujeres si se dedicarían al trabajo agrícola y ganadero en esta nación.

“Yo pienso que cualquier mujer es capaz de hacer este trabajo, el problema no es si la mujer lo hace. El problema está en si pagan bien una jornada de trabajo forzada”, concluye Bethelis Ogando.

La becerra con la fractura en el fémur fue vendida en RD$9,000 a pesar de que su raza -un pardo suizo-, de 5 años. Tiene un costo de hasta RD$70,000. A mediodía el animal fue montado en un camión para el manejo de un carnicero.

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