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Dirigentes de la UE, divididos sobre su futuro presupuesto post Brexit

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Dirigentes de la UE, divididos sobre su futuro presupuesto post Brexit
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker (i), y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ofrecen una rueda de prensa conjunta después de la cumbre de líderes de la Unión Europea, en Bruselas (Bélgica) el 23 de febrero de 2018.

BRUSELAS. El debate sobre el futuro presupuesto de la Unión Europea sin un contribuyente neto, Reino Unido, quebró la unidad de los líderes europeos mostrada hasta el momento en el Brexit, avanzando una dura negociación financiera.

¿Cómo solventar el agujero financiero dejado por la futura marcha de Reino Unido y cuando la UE puso en marcha nuevas políticas que financiar, como la defensa? A este dilema debían responder los mandatarios reunidos en Bruselas sin su par británica, Theresa May.

“Muchos están dispuestos a contribuir más” al Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027, dijo el jefe del Consejo Europeo, Donald Tusk, apuntando que las prioridades de la UE están “vinculadas al tamaño del presupuesto” y a la necesidad de “abordar el déficit de ingresos” causado por el Brexit.

Al menos la mitad del bloque, unos 14 o 15 países, estaría dispuesta a aumentar sus contribuciones nacionales al presupuesto común, indicó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dando cuenta de un debate “menos conflictivo de lo esperado”.

Alemania, Francia y España expresaron su disposición a poner más fondos pero, en un asunto que requiere en última instancia la unanimidad, Holanda, Dinamarca, Suecia y Austria, todos ellos contribuyentes netos por aportar más dinero del que reciben, se oponen.

“Queremos una UE fuerte, pero también una UE que utilice el dinero de sus ciudadanos con moderación”, dijo el canciller austríaco, Sebastian Kurz, quien rechazó un escenario en que los “contribuyentes netos” en el bloque tengan una “carga cada vez mayor”.

‘Pagar más’

La contribución anual está fijada actualmente en el 1% del PIB nacional. La Comisión Europea, encargada de elaborar los presupuestos comunitarios, propuso un aumento de las aportaciones de cada país a partir de 2021 hasta un máximo del 1,2%.

Un 70% de los actuales presupuestos se destinan a la Política Agrícola Común (PAC) y a los fondos de cohesión consagrados a reducir las diferencias entre las regiones más y menos desarrolladas del bloque, pero la UE aprobó en los últimos años nuevas políticas prioritarias.

Lucha contra el cambio climático, defensa, control de fronteras, integración de migrantes... “Si queremos tener nuevas prioridades (...) y no podemos reducir al mínimo las viejas políticas, entonces los países tienen que pagar más”, alertó Juncker.

Este Consejo Europeo forma parte de la serie de encuentros planteados por su presidente, Donald Tusk, para sentar las bases del nuevo impulso que quieren dar al bloque en Sibiu (Rumanía) el 9 de mayo de 2019, unos 40 días después del Brexit.

Reino Unido se comprometió a seguir participando hasta el final del vigente plan el 31 de diciembre de 2020, pero, a partir de entonces, su ausencia puede representar entre 12.000 y 15.000 millones de euros menos por año, según la Comisión.

¿Spitzenkandidat?

A la sorpresa de Donald Tusk, el debate sobre la condicionalidad, que vincularía la concesión de fondos de cohesión al respeto de los valores europeos y políticas como la acogida de refugiados, no provocó una fuerte controversia.

El presidente francés, Emmanuel Macron, mucho más ofensivo, estimó que el presupuesto comunitario no debía servir para “financiar gobiernos que no respeten derechos fundamentales” ni para financiar políticas orientadas a fomentar “dumping fiscal o social”.

“No debe verse forzosamente de manera negativa. Esto puede verse de forma positiva”, apuntó por su parte Merkel, quien planteó condicionar los fondos europeos a la acogida de migrantes. Con todo, las propuestas se anuncian difíciles de plasmar en un lenguaje jurídico.

La marcha de Reino Unido abrirá un nuevo ciclo político en la UE. Dos meses después, los europeos deben escoger su primera Eurocámara post Brexit e, indirectamente, el próximo presidente de la Comisión Europea.

Según la normativa europea, el Consejo Europeo debe proponer el sucesor de Juncker teniendo en cuenta los resultados de los comicios europeos y la Eurocámara deberá aprobarlo, un nombramiento que los mandatarios quieren atar para ellos.

Pero los eurodiputados ya advirtieron que sólo darán el sí a un candidato que se haya presentado como ‘Spitzenkandidat’ (cabeza de lista) de una familia política europea, como ya hiciera en 2014 Juncker por el PPE (derecha).

“El Consejo Europeo no puede garantizar por adelantado” que la elección del futuro titular de la Comisión tendrá lugar únicamente entre ese grupo de “Spitzenkandidaten”, advirtió Tusk, rechazando en la práctica la demanda de la Eurocámara.

por Toni CERDÀ

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