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Buscadores de favores, se alojan en propiedades de Trump

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Buscadores de favores, se alojan en propiedades de Trump
Trump International Hotel Washington, D.C.

WASHINGTON. Prestamistas consiguieron que las autoridades cambiasen las reglas para aprobar los créditos. Fabricantes de cigarrillos electrónicos lograron demorar los controles de muchos de sus productos. Firmas de caramelos elogiaron la decisión de dejar sin efecto nuevas normas para las etiquetas. Algunas aseguradoras declararon “victoria” por unos cambios en la reforma fiscal que las beneficiaron.

¿Qué tienen en común estos sectores? Todos programaron encuentros, retiros y conferencias en hoteles y campos de golf propiedad del presidente Donald Trump.

Si bien es imposible relacionar directamente esas acciones con medidas que los beneficiaron, una cosa está clara: Nunca antes en la historia de Estados Unidos los sectores con intereses específicos han tenido la oportunidad de organizar eventos en una propiedad del presidente, pagando por espacios para conferencias, habitaciones y comida con dinero que, en última instancia, va a parar a los bolsillos del mandatario.

Un análisis de la Associated Press de los grupos de presión que visitaron propiedades de Trump en su primer año de gobierno indicó que en varios casos se generó la sensación de que se pagó para recibir favores. Expertos en cabildeo dicen que en tanto y cuanto el presidente no se deshaga de esos negocios y pueda beneficiarse con estos eventos, los grupos de interés tratarán de aprovecharse de ello.

“Lo que cuenta es que te escuchen y, la verdad, si pones dinero en los bolsillos de la familia, es una buena manera de hacerse oír. Y es legal”, expresó Bob Schneider, ex cabildero que trabajó en Washington 25 años.

“Si yo estuviera trabajando todavía como cabildero, trataría de organizar todos mis eventos en el Trump Hotel”, aseguró Schneider, “porque no puedo imaginarme que alguien piense que Donald Trump Jr. no le cuente a su padre lo que está pasando” con los negocios de la familia.

Antes de asumir Trump prometió que no habría conflictos de interés, que pondría su patrimonio en un fondo de fideicomiso (al que tiene acceso cuando quiera), que dejaría el manejo de sus negocios en manos de sus dos hijos mayores y que contrataría un abogado especializado en asuntos éticos para que se asegurase de que no cometía irregularidades. También se comprometió a “no generar la impresión de que podría haber conflictos” de interés.

La organización Public Citizen dice que en el primer año de su presidencia hubo al menos 19 grupos de presión que organizaron eventos en propiedades de Trump. Pero es difícil determinar cuánto gastaron porque estos grupos no tienen que revelar sus gastos en instalaciones privadas.

Y la Trump Organizations, que maneja los negocios de Trump, no accedió a hablar de estos eventos.

Varios grupos de presión contactados por la AP afirmaron que el precio, la ubicación y la disponibilidad fueron los factores determinantes en su decisión de montar eventos en propiedades de Trump, no la perspectiva de conseguir favores de parte del presidente.

Organizaciones que monitorean la ética del gobierno dicen que estas acciones pueden ser legales, pero hacen que el público cuestione algunas decisiones del gobierno.

“Hay una gran diferencia entre cabildear y hacerle ganar dinero al presidente”, manifestó Joah Bookbinder, director ejecutivo de la agrupación Citizens for Responsibility and Ethics in Washington.

“Cuando tienes este tipo de relaciones comerciales, se crea el peligro de que el presidente termine promoviendo sus intereses económicos y no los intereses de la población”, señaló.

Vistazo a algunos grupos de presión que organizaron eventos en propiedades de Trump y los resultados obtenidos:

Banqueros

El sector financiero ha estado gastando en grande en las propiedades de Trump.

En marzo la Palm Beach Hedge Fund Association, un sector que, según dijo alguna vez Trump, “conseguía todo tipo de beneficios” impositivos, organizó un evento en el club de Mar-a-Lago del mandatario.

Pocos días después, ejecutivos de decenas de bancos se reunieron en una conferencia de tres días en el Trump National Doral de Miami auspiciado por una revista de ese sector. Uno de los temas de discusión fue “La presidencia de Trump y lo que implica para el sector bancario”.

Una organización de prestamistas a corto plazo planea su conferencia anual en el Doral en abril.

Los objetivos del gobierno a menudo coinciden con los de los sectores empresariales, pero esos sectores, de todos modos, han conseguido importantes concesiones de legisladores y reguladores en los últimos meses.

Los reguladores federales, por ejemplo, anunciaron hace poco que reconsiderarían las normas que exigen a los prestamistas a corto plazo que se aseguren de que los prestatarios pueden pagar sus préstamos. Y una ley aprobada el año pasado hace que resulten más difíciles las demandas colectivas contra los bancos.

La reforma fiscal, por otro lado, tiene lagunas que permiten a los operadores de hedge funds (fondos especulativos) pagar intereses más bajos sobre sus ingresos. El secretario del Tesoro Steven Mnuchin, no obstante, dijo que se propone eliminar esa laguna.

Victoria del vapeo

En julio, una asociación de fabricantes de productos de vapeo realizó su conferencia anual de dos días en el Trump International Hotel de Washington. El discurso central lo pronunció el senador republicano Ron Johnson, quien acababa de pedir a la Administración de Alimentos y Medicamentos (conocida por sus siglas en inglés, FDA) que dejase sin efecto una ley del 2016 que requería a los fabricantes de cigarrillos electrónicos que obtuviesen una aprobación del gobierno para vender sus productos, lo que, según ellos, afectaba las innovaciones y generaba altos costos a los pequeños comerciantes.

Diez días después, la FDA anunció que, como parte de sus esfuerzos por encontrar el “equilibrio apropiado” entre regulación e innovación, los fabricantes de cigarrillos electrónicos recibirían un período de gracia de cuatro años antes de tener que tener que conseguir permisos de esa agencia.

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Trump International Hotel Washington, D.C. (AP)

Las golosinas

El grupo de presión que representa a firmas de golosinas como Mars y Hershey’s realizó dos eventos en propiedades de Trump en los dos últimos años, uno en el Doral de Miami en marzo del 2017 y otro en el Trump International Hotel de Washington en el 2016.

El sector parece haber sido escuchado por el gobierno.

En septiembre, el comisionado de la FDA Scott Gottlieb propuso demorar la entrada en vigor de medidas aprobadas bajo el gobierno de Barack Obama que fijaban nuevas normas para las etiquetas de los productos.

Christopher Gindlesperger, vocero de la Asociación Nacional de Confiteros, afirmó que el encuentro de Miami fue programado en el 2014, un año antes de que Trump se postulase a la presidencia, y el de Washington en el 2015.

Aseguradoras

Una agrupación de aseguradores de títulos inmobiliarios gastó más de medio millón de dólares por año a lo largo de la última década haciendo cabildeo en el Congreso y la Casa Blanca, pero nunca tuvo la oportunidad de organizar un evento en una propiedad del presidente de Estados Unidos.

En octubre, la Asociación Nacional de Títulos de Tierras montó su conferencia anual de tres días en el Trump National Doral de Miami. Pagó 279 dólares la noche por cada habitación.

Dos meses después, la asociación proclamó una “importante victoria” en su blog. Las aseguradoras venden más pólizas cuando la gente compre y vende más. Las primeras versiones de la reciente reforma fiscal hubiera perjudicado sus intereses al obligar a los vendedores a conservar sus casas más tiempo para no pagar intereses sobre las ganancias.

La versión final de la reforma, no obstante, no contiene esas cláusulas. Y Trump dijo el mes pasado que analizará la posibilidad de reducir las restricciones a los préstamos, otro tema prioritario para el sector.

No fue posible conseguir comentarios de la Asociación para este artículo.

Visita presidencial

Al menos una vez el propio Trump se apareció durante una función empresarial en su club de Mar-a-Lago.

Fue en diciembre, durante una fiesta navideña organizada por Oxbow Carbon LLC, firma energética de la Florida propiedad de William Koch, viejo socio de Mar-a-Lago y hermano de Charles y David Koch, dos multimillonarios que promueven causas conservadoras.

El principal producto de Oxbow, un combustible, podía ser afectado por la decisión del gobierno de relajar las regulaciones sobre la contaminación del agua y del aire.

El portavoz de Oxbow Brad Goldstein afirmó que durante la visita de Trump no se habló del tema y que Koch organiza eventos en la propiedad de Trump desde hace mucho tiempo.

“Fue un evento para premiar a empleados de Oxbow. El presidente hizo una visita, como ha hecho en el pasado”, manifestó Goldstein. “No tuvo nada que ver con políticas públicas”.

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