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Estados Unidos debe reforzar su relación con el Caribe para enfrentar asuntos económicos y de seguridad

Discuten en Washington retos y relevancia de la cooperación entre ese país y la región

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Estados Unidos debe reforzar su relación con el Caribe para enfrentar asuntos económicos y de seguridad
Adriano Espaillat durante su participación en el evento. (FUENTE EXTERNA)

REDACCIÓN. El congresista domínico-estadounidense Adriano Espaillat alentó hoy al Gobierno de los Estados Unidos a acercarse más al Caribe para enfrentar problemas conjuntos como el alto costo de la energía, la inseguridad y el narcotráfico, y a seguir apoyando las inversiones y el crecimiento del turismo.

“Estados Unidos debe tomar en cuenta que el Caribe es nuestra tercera frontera”, dijo el legislador durante la presentación en Washington del reporte “La relevancia de las relaciones entre Estados Unidos y el Caribe: tres puntos de vista”, del Centro para Estrategias y Estudios Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), un evento que fue transmitido en vivo por internet.

Espaillat destacó algunos retos que se enfrentan en la región. Está el caso de Puerto Rico, que sigue lidiando con una profunda crisis económica, un éxodo de cerebros productivos y un alto costo de la energía.

Sobre Cuba indicó que, con la apertura económica que ha dado los Estados Unidos, el turismo le ofrece una buena oportunidad en el futuro y también le ayuda su base de una fuerza laborar educada. Sobre la República Dominicana resaltó que tiene una economía creciente.

El congresista consideró que los Estados Unidos debe retomar su liderazgo en la región, destinando más recursos para el desarrollo, educación e infraestructura.

Los seis pilares a trabajar

Kenneth Merten, subsecretario adjunto y coordinador especial de Haití para la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los Estados Unidos, recordó que la comunidad caribeña tiene actualmente representación en el Congreso, académicos, artistas, músicos y periodistas, y consideró esto como una prueba de la conexión que tiene la región con el país norteamericano.

Citó seis pilares que considera esenciales que sean tomados en cuenta por el Gobierno de su país: seguridad, prosperidad, diplomacia, energía, educación y salud.

Al referirse al tema de la corrupción expresó que no se puede decir que el trabajo está hecho en el campo de cooperación, pero que los Estados Unidos ha estado trabajando. Dijo que hay que poner énfasis en las leyes.

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Infografía
El panel que discutió el reporte del CSIS. (FUENTE EXTERNA)

Los tres puntos de vistas del estudio

Anthony Bryan, Evan Ellis, Georges Fauriol, Nicole Ghazarian, David Lewis y Scott MacDonald, fungen como autores del reporte “La relevancia de las relaciones entre Estados Unidos y el Caribe: tres puntos de vista”.

Ellis destaca que, hasta cierto punto, los patrones previos de migración han creado vínculos criminales naturales entre los grupos locales y los Estados Unidos. Indica que ejemplos incluyen a la anterior organización con sede en Jamaica conocida como Shower Posse, que apalancó a la diáspora jamaiquina en Miami y el área más grande de Nueva York para exportar cocaína al mercado de los Estados Unidos. De manera similar -agrega-, la diáspora de personas de la República Dominicana en los Estados Unidos ha contribuido a un papel significativo de las pandillas dominicanas en el contrabando de drogas a la costa este del país norteamericano y su distribución.

Observa que la estrategia entre los Estados Unidos y el Caribe, combinada con el potencial del dramático cambio en su ambiente de seguridad, hace imperativo para ese país que se haga un seguimiento de los acontecimientos en la región y mantener el compromiso en los ámbitos de la seguridad y económico.

Ese compromiso debería incluir: continuar trabajando de forma cercana en asuntos de recuperación ante desastres, uso de incentivos y acuerdos comerciales para fomentar el comercio y las inversiones en el Caribe, y expandir -no acortar- los programas para fortalecer las instituciones caribeñas, con un énfasis en la lucha contra la corrupción y la negociación de los mejores acuerdos posibles con (y no excluyendo) el compromiso económico de socios como China.

Otros asuntos son adaptar cualquier cambio de la política migratoria estadounidense o portuaria para minimizar sus efectos en la región, y expandir la cooperación en inteligencia y seguridad contra el crimen y el terrorismo. Además, prepararse para apoyar y participar en una respuesta multilateral a la desintegración de Venezuela u otros eventos de alto impacto.

De su lado MacDonalds considera que con el cambio en la administración en Washington con la llegada a la presidencia de Donald Trump, se han planteado muchas preguntas sobre lo que sigue en términos de las prioridades de la política caribeña.

Sin embargo, él cita prioridades claves para los próximos 18 meses en las relaciones económicas entre los Estados Unidos y el Caribe: la política comercial estadounidense, la eliminación de riesgos, el manejo de la deuda, necesidades de infraestructura y factores geopolíticos.

Apuntó que el Caribe necesita 30.000 millones de dólares en los próximos 10 años para modernizar su infraestructura energética y otras, y mejorar carreteras, puentes e instalaciones portuarias y la eficiencia relacionada con el medio ambiente.

Bryan, otro de los autores, opina que a medida que el Caribe se mueve hacia un potencial futuro de riqueza a partir de hidrocarburos, las condiciones geopolíticas a lo largo del ciclo de vida de las inversiones energéticas y sobre el terreno son a menudo tan críticas y constituyen factores claves de éxito para el desarrollo sostenible y la inversión. Algunos de estos temas específicos “sobre el terreno” son las disputas fronterizas y territoriales, la degradación del medioambiente y la mitigación de los biocombustibles frente al cambio climático.

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