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Los Ángeles celebra con ilusión la boda real de su vecina Meghan Markle

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Los Ángeles celebra con ilusión la boda real de su vecina Meghan Markle
Fotografía fechada este miércoles 16 de mayo de 2018, muestra a un turista mientras firma la enorme tarjeta de felicitación para la boda de Meghan Markle con el príncipe Enrique de Inglaterra, en el teatro Chino de Hollywood, California (EE.UU.). EFE/Iván Mejía

LOS ÁNGELES. La ciudad de Los Ángeles, tan acostumbrada a historias cinematográficas de príncipes y plebeyas, celebra con especial ilusión la boda de su “hija”, Meghan Markle, con el príncipe Enrique de Inglaterra.

En el Teatro Chino de Hollywood, angelinos y turistas se acercan para desear las mayores bendiciones a la pareja en una enorme tarjeta que recibirá cientos de felicitaciones hasta que los novios se den el “Sí, quiero” en el castillo de Windsor este sábado.

Esta tarjeta de más de metro y medio alta y uno de ancho con la fotografía de Enrique y Meghan y la leyenda “Felices por siempre”

compite estos días con las famosísimas estrellas del Paseo de la Fama.

“Estamos superemocionados, es como una historia de princesas de la vida real, y nos hace sentir algo así como, ¡Guau, cualquiera se puede casar con alguien de la realeza!”, dice a Efe Tracy Tung.

En opinión de esta profesora que acudió junto a un grupo de alumnos a firmar en la gigante tarjeta, esta unión les llena de “felicidad” y de “orgullo de ser de Los Ángeles”.

No muy lejos de Hollywood, la actriz, nacida hace 36 años en Los Ángeles, se educó en escuelas privadas como la Immaculate Heart High School, en donde hay maestras que todavía la recuerdan.

Un buen número de sus actuales alumnas tiene previsto reunirse este sábado para seguir la boda en pantallas gigantes.

De la misma manera, el Teatro Chino dará acceso gratuito a todos aquellos que paseen por el bulevar de las estrellas que no quieran perderse un detalle del enlace.

Otro lugar donde se seguirá la ceremonia con especial interés será la casa de té Rose Tree Cottage, en la cercana ciudad de Pasadena, cuyo dueño presume de que la prometida acudió a ese local para aprender y practicar los detalles de esta arraigada tradición inglesa después de haberse comprometido con el príncipe Enrique.

Precisamente, la Cámara de Negocios Británico-Estadounidense ha organizado para el sábado junto al cónsul general británico una fiesta “del té de la tarde” con 200 invitados que lideran “causas que apoya la pareja real”, incluyendo miembros de organizaciones sociales, veteranos y la comunidad LGBT de Los Ángeles.

Matt Reents, encargado de prensa del consulado británico en Los Ángeles, contó a Efe que el grupo de expatriados del Reino Unido “Brits in LA” organizará una fiesta en pijamas para esperar la madrugada y ver por televisión la boda.

El personal del consulado británico se reunirá a esperar la madrugada con el mismo propósito.

También le sacarán partido al evento en el restaurante y bar británico The Cat and Fiddle, en Hollywood, donde la fiesta comenzará una noche antes para que la comunidad pueda guardar su sitio desde la madrugada para seguir por la televisión la transmisión del casorio real.

Y es que, como explica Tung, esta es una gran ocasión para la ciudad, pues quieren que su vecina lleve “toda esta cultura de Los Ángeles a Inglaterra para que ellos la experimenten también”.

Otro punto de interés inusitado es el hasta ahora tranquilo vecindario de Windsor Hills, donde reside la madre de la prometida, hasta cuya casa se acercan curiosos, aunque está cerrada estos días y solo destacan en su frente dos matas de magüey mexicano, entre otras plantas desérticas.

Uno de esos turistas que encontraron estos días en Los Ángeles un nuevo polo de interés es la italiana Edith Odinaka, que deseó a la futura pareja una “muy feliz vida de casados que dure para siempre y eso significa que el amor reine para siempre”.

“¡Que viva el amor! ¡Que viva el amor!”, exclama en italiano.

Para la residente de origen peruano Silvia Cenzano, esta boda significa además “algo muy bonito” al unificar dos continentes y supone incluso un “símbolo” para los que, como la actriz, crecieron en los vecindarios obreros de Los Ángeles de que las “comunidades de bajos recursos pueden ir más adelante”.

Coincide con ella Tung al recordar que muchas personas llegan a la ciudad californiana con el sueño de triunfar en Hollywood.

“Mucha gente viene a Los Ángeles para ser una actriz y, por supuesto, todo mundo quiere ser princesa, y ella hizo ambas cosas”, destaca Tung.”Alguien que creció en esta área, tuvo éxito como actriz y después se casa con un príncipe, eso es un cuento de hadas hecho realidad”, aseguró.

Por: Iván Mejía

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